Me cuesta hacer esta crítica. Es una película de ciencia ficción que plantea un futuro inquietante basado en un consumismo que, en cierta medida, es medido por la actividad sexual de los ciudadanos. Actividad que cotiza en bolsa. Suena peregrino pero es así. Un mundo dirigido por una compañía o empresa, un mundo policial, donde lo que no cotizan son los sentimientos.
Al que espere ver una película de sexo que se quite esa idea de la cabeza, salvo el desnudo de la presentación la película no contiene más. Se habla de actividad sexual pero ahí queda todo.
El caso es que vi la película de un tirón, quería saber qué pasaba, el director consiguió que me entrara esa curiosidad, y por ello le doy un cinco, no sé si será buena o mala pero al menos captó mi atención.
Es una película extraña, nada comercial.