La aparición del cuerpo de un joven bajo el hielo marca el comienzo de este telefilm de calidad que discurre de una forma muy solvente a lo largo de todo el metraje.

Guión bien montado y organizado que hace funcionar a la película como un thriller clásico “protagonista contra el mundo”. Quizá el elemento flash back puede rechinar, aunque el peor de los casos, que no es éste, hubiera sido cuando se recuerda algo con neblina o a cámara lenta. Personalmente me ha agradado la tranquilidad con que se ha desarrollado el argumento, sin estridencias ni sobreactuaciones.
Hablar de la resolución del conflicto merece comentario aparte. Genera sorpresa, pero de una forma ciertamente traicionera. Para mi gusto, un error.

Los protagonistas son arquetipos del thriller, sin ningún interés, siendo su baza el que no desentonan del papel para el que están concebidos. No es esto moco de pavo, porque aunque pueda parecer el mínimo exigido, miles de ejemplo podemos encontrar de películas indeseables por lo indeseable de sus protagonistas.

El paisaje invernal de un pequeño pueblo americano, y una cierta sensación al pensar sobre un instituto elitista semi aislado de la vida del propio pueblo en el que se encuentra dan una apreciable hondura a un producto que bien podría producirse en serie.

La impresión general es la de un producto solvente, que ha sacado mucho con poco, digno de un director que se preocupa de su oficio. Si la realización hubiera correspondido a un director novel, diría que le esperaría un futuro prometedor.