Las técnicas de animación a la última moda impuestas en "Vexille" son, con total seguridad, su mejor baza para afrontar el visionado de un espectador cada vez más exigente en este tipo de materia, y lo cierto es que por ahí aprueba con creces en algunos apartados, como el de las texturas que resultan fabulosas, siendo medio decentes los diseños en sí, y concluyendo con unos fondos que no desentonan para nada.

Hoy en día, y como es lógico, resulta imposible observar una obra de ciencia ficción sin recordar anteriores referentes y "Vexille", no es un caso alejado, así que podríamos llegar a rememorar los casos más patentes, como esa humanidad que parecen querer desprender los humanoides llegados a cierto punto más cercana a "Blade runner" que otra cosa, o esos gusanos de tierra que a más de uno recordarán al "Dune" de David Lynch.

En cambio, por préstamos que tome, o homenajes que desee realizar, este trabajo sólo logra funcionar por momentos, puesto que desde un inicio endeble, que sólo consigue causar desconexión con el respetable, y una conclusión, además de acelerada, algo catastrófica en la resolución de según que conflictos, se muestra ya débil en demasía.
Lo arregla medianamente con un desarrollo donde parece que sí se puede aportar algo de lucidez, pero sólo queda en eso, un apaño ocasional y medianamente pulido.

Los personajes estereotipados al máximo (la protagonista que se unirá a los rebeldes, la conspiración tras esa ciudad, el viejo amorío entre la líder de los rebeldes y el miembro de las fuerzas, etc...) sólo hacen que terminar de desmerecer y dejar la película en algo tan irregular como fallido y decepcionante.