Pese a que su narración se torne deliberadamente enrevesada en algunos puntos, pese a que contenga algunos de los tópicos que hacen mella en este pequeño y apartado subgénero, pese a que dure más de dos horas.. "Tazza" es un brillante ejercicio enmarcado en ese terreno tan alejado de lo que normalmente nos suele rodear, y sabe manejarse a las mil y una maravillas para ofrecer un grato espectáculo de luz, sonido y acción.

La historia del amigo Choi Dong-hoo nos lleva desde su periplo de adiestramiento hasta que ya ha logrado convertirse en un verdadero experto de todos aquellos juegos que debería manejar con una soltura increible (y así es), y durante todo ese tramo el recorrido es inmejorable, puesto que da lugar a secuencias rodadas con un brio y una elocuencia únicos y nos ofrece un buen retrato del protagonista a través del cual hacernos una idea de como actuará.

Las subtramas que van siendo añadidas, sorprenden por lo trabajadas que llegan a estar, amen de contener interrelaciones bastante sorprendentes y que ni resultan anodinas ni se caen por su propio peso, sino más bien al contrario: No hacen más que aportar un interés endiablado al film.

Quizá lo único que le falta para llegar a alcanzar cotas máximas, es un final mucho más paradójico que el ofrecido y que, por paradójico hubiese resultado sorpresivo y brillante, en cambio, se nos otorga una conclusión más apta y acorde con el mainstream americano que con estos memorables ejercicios que provienen últimamente de Asia, cosa que deja el resultado en un notable, pero a las puertas del sobresaliente.