Notable película, más de suspense que de espionaje, con el trasfondo de la amenaza nazi siempre presente. Guión, puesta en escena y fotografía en blanco y negro, más que notables. El excelente John Garfield hace menos de John Garfield (o sea, de tipo duro y marginal) que en otras ocasiones. La bata de médico lo impone, aunque siempre tenga aires de matón de barrio y busque desesperadamente cambiar el estetoscopio por un revólver. Raymond Massey borda su personaje de perverso, frío y calculador comisario nazi. Y Nancy Coleman mantiene el tipo -que no es poco- dando réplica a estos dos grandes de la interpretación.