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Voto de Ferdydurke:
6
2010
Documental, Intervenciones de: Jaime Gil de Biedma, Pepe García-Albi
6,5
33
Documental
Realizado con ocasión del vigésimo aniversario de su muerte por SIDA, el documental constituye un acercamiento único a uno de los poetas más importantes de la literatura española del siglo XX, de la mano de la directora y guionista Inés García-Albi Gil de Biedma, su sobrina. “Jaime Gil de Biedma, Retrato de un poeta”, es un fresco del poeta y su entorno, de las circunstancias, los lugares y la gente que le conoció, comenzando por sus ... [+]
19 de abril de 2018
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escritor de obra breve pero sustancial y decisiva, hombre inteligente, contradictorio y representativo de una época, pasados ya casi treinta años desde su muerte, se puede decir, sin temor a equivocarnos, que estamos ante una figura fundamental de la cultura literaria española de la segunda mitad del siglo veinte.
Poeta exquisito y cercano, humoroso, perfeccionista y valiente, supo asumir con ávida pericia la influencia benéfica de los grandes poetas ingleses de la época (Auden y Eliot, como ejemplos señeros) para llevarlos a su terreno y mezclarlos con la influencia/tradición, también muy poderosa, de cierto tipo de poesía española, la de Machado y Guillén, por ejemplo.
Poeta de la llamada famosa experiencia (el poema no como ejercicio cultista, ensimismado y vacío, sino como una especie de ensayo en construcción sobre la propia vida consciente y cuestionada, un reflejo reflexivo y crítico de la propia palabra y el poema en marcha, como si el poeta fuera un niño sabio que juega, investiga, experimenta y se divierte con las reglas/límites de su mundo poético y de la realidad misma), sus textos poéticos deslumbran por su verdad juguetona, elegíaca, por su sabiduría literaria y su constante cuestionamiento de su propia obra, tanto del personaje como de la persona, de todas las máscaras y sus representaciones, del lenguaje como forma de indagación y placer, de crítica y celebración, un artefacto lleno de trampas y posibilidades, materia de alto peligro, muy fecunda si cae en buenas manos.
Poemas que reflexionan según se van construyendo, irónicos, precisos, que se nutren tanto de la lengua culta y el refinamiento más delicado como del giro coloquial o la expresión vulgar, sin ceñirse a ningún reducto o prejuicio, ni vital ni literario, que hablan de los hechos más comunes y que terminan nombrando lo más importante sin engolar la voz, ponerse elevado, pedante o tratar de sentar cátedra, desde la broma culta, la risa propia, la feroz autocrítica y la tremenda capacidad de observación de la siempre nueva y ridícula comedia humana y del más querido paisaje de la memoria.
Hijo de familia burguesa barcelonesa con veraneos castellanos, nacido en 1929, de vida acomodada, paso por universidad y trabajo en la empresa familiar, enviado a Filipinas como "El cónsul de Sodoma" (más bien como secretario general de la empresa tabacalera), homosexual muy activo pero bastante escondido (en el ambiente familiar y profesional especialmente), tuvo una vida corta (murió a los sesenta), intensa y fecunda. Se relacionó con todos los intelectuales del momento, trasnochó, escribió, pecó, trabajó, habló, amó, bebió, folló, de todo un poco o mejor mucho.
De izquierdas inevitablemente (todos los jóvenes de su generación lo eran casi unánimemente), a pesar de su profesión, tradición y economía familiar, antifranquista indudablemente, siempre fue en verdad brillante, revoltoso, poco serio (más bien cachondo en el fondo) y muy riguroso, un proteico individuo que tuvo un pie en la ordenada vida de un hombre respetable y con poderío, y otro en la bohemia más gozosa, autodestructiva y poco validable/saludable.
Escindido entre la figura pública señorial y la privada truhanesca, entre el ámbito familiar reservado y el más personal despendolado, entre la bella literatura (vicio y placer) y la compañía tabacalera (yugo y viaje), entre sus ideas políticas y sus inercias sociales, de él hay que destacar, sin duda, su huella imperecedera como hombre de letras de enormes poemas, gran prosa y fabulosos ensayos literarios. Perspicaz, culto, irónico, consciente y uno de los pocos que pensaba lo que decía, que no repetía mecánicamente ideas de otros, que no hablaba/escribía al vuelo.
El documental hecho por su sobrina es correcto, agradable, bonito, tierno. Un repaso somero por su vida y su obra, más bien lo primero, con algunos grandes amigos, otros más influidos, testigos, hermanas y demás familias.
Pulcro, honesto, un amable homenaje a un ser desconocido a pesar de ser tan reconocido.
Poeta exquisito y cercano, humoroso, perfeccionista y valiente, supo asumir con ávida pericia la influencia benéfica de los grandes poetas ingleses de la época (Auden y Eliot, como ejemplos señeros) para llevarlos a su terreno y mezclarlos con la influencia/tradición, también muy poderosa, de cierto tipo de poesía española, la de Machado y Guillén, por ejemplo.
Poeta de la llamada famosa experiencia (el poema no como ejercicio cultista, ensimismado y vacío, sino como una especie de ensayo en construcción sobre la propia vida consciente y cuestionada, un reflejo reflexivo y crítico de la propia palabra y el poema en marcha, como si el poeta fuera un niño sabio que juega, investiga, experimenta y se divierte con las reglas/límites de su mundo poético y de la realidad misma), sus textos poéticos deslumbran por su verdad juguetona, elegíaca, por su sabiduría literaria y su constante cuestionamiento de su propia obra, tanto del personaje como de la persona, de todas las máscaras y sus representaciones, del lenguaje como forma de indagación y placer, de crítica y celebración, un artefacto lleno de trampas y posibilidades, materia de alto peligro, muy fecunda si cae en buenas manos.
Poemas que reflexionan según se van construyendo, irónicos, precisos, que se nutren tanto de la lengua culta y el refinamiento más delicado como del giro coloquial o la expresión vulgar, sin ceñirse a ningún reducto o prejuicio, ni vital ni literario, que hablan de los hechos más comunes y que terminan nombrando lo más importante sin engolar la voz, ponerse elevado, pedante o tratar de sentar cátedra, desde la broma culta, la risa propia, la feroz autocrítica y la tremenda capacidad de observación de la siempre nueva y ridícula comedia humana y del más querido paisaje de la memoria.
Hijo de familia burguesa barcelonesa con veraneos castellanos, nacido en 1929, de vida acomodada, paso por universidad y trabajo en la empresa familiar, enviado a Filipinas como "El cónsul de Sodoma" (más bien como secretario general de la empresa tabacalera), homosexual muy activo pero bastante escondido (en el ambiente familiar y profesional especialmente), tuvo una vida corta (murió a los sesenta), intensa y fecunda. Se relacionó con todos los intelectuales del momento, trasnochó, escribió, pecó, trabajó, habló, amó, bebió, folló, de todo un poco o mejor mucho.
De izquierdas inevitablemente (todos los jóvenes de su generación lo eran casi unánimemente), a pesar de su profesión, tradición y economía familiar, antifranquista indudablemente, siempre fue en verdad brillante, revoltoso, poco serio (más bien cachondo en el fondo) y muy riguroso, un proteico individuo que tuvo un pie en la ordenada vida de un hombre respetable y con poderío, y otro en la bohemia más gozosa, autodestructiva y poco validable/saludable.
Escindido entre la figura pública señorial y la privada truhanesca, entre el ámbito familiar reservado y el más personal despendolado, entre la bella literatura (vicio y placer) y la compañía tabacalera (yugo y viaje), entre sus ideas políticas y sus inercias sociales, de él hay que destacar, sin duda, su huella imperecedera como hombre de letras de enormes poemas, gran prosa y fabulosos ensayos literarios. Perspicaz, culto, irónico, consciente y uno de los pocos que pensaba lo que decía, que no repetía mecánicamente ideas de otros, que no hablaba/escribía al vuelo.
El documental hecho por su sobrina es correcto, agradable, bonito, tierno. Un repaso somero por su vida y su obra, más bien lo primero, con algunos grandes amigos, otros más influidos, testigos, hermanas y demás familias.
Pulcro, honesto, un amable homenaje a un ser desconocido a pesar de ser tan reconocido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
En Gil de Biedma nada tiene desperdicio (hasta su "Informe sobre la administración general en Filipinas" es impecable), pero aquí yo he elegido estos versos que me gustan/hieren especialmente del poema "Conversaciones poéticas" (conversaciones que tuvieron realmente lugar en Formentor en 1959 entre diversos escritores y que fueron organizadas creo que por Cela) en los que por un lado se celebra la inaprensible y fugaz felicidad y el deseo de atrapar el tiempo de juventud que se escapa lleno de vitalidad y comunidad, por el otro se constata su efímera condición, su triste e inevitable destino, y finalmente se señala el triunfo/consuelo de la memoria frente al desgarrado gris del presente. Palabras prodigiosamente bellas, dolidas y certeras.
"De noche, la terraza estaba aún tibia
y era dulce dejarse junto al mar,
con la luna y la música
difuminando los jardines, el Hotel apagado
en donde los famosos ya dormían.
Quedábamos los jóvenes.
No sé si la bebida
sola nos exaltó, puede que el aire,
la suavidad de la naturaleza
que hacía más lejanas nuestras voces,
menos reales, cuando rompimos a cantar.
Fue entonces ese instante de la noche
que se confunde casi con la vida.
Alguien bajó a besar los labios de la estatua
blanca, dentro en el mar, mientras que vacilábamos
contra la madrugada. Y yo pedí,
grité por favor que no volviéramos
nunca, nunca jamás a casa.
Por supuesto, volvimos.
Es invierno otra vez, y mis ideas
sobre cualquier posible paraíso
me parece que están bastante claras
mientras escribo este poema
pero,
para qué no admitir que fui feliz,
que a menudo me acuerdo?"
"De noche, la terraza estaba aún tibia
y era dulce dejarse junto al mar,
con la luna y la música
difuminando los jardines, el Hotel apagado
en donde los famosos ya dormían.
Quedábamos los jóvenes.
No sé si la bebida
sola nos exaltó, puede que el aire,
la suavidad de la naturaleza
que hacía más lejanas nuestras voces,
menos reales, cuando rompimos a cantar.
Fue entonces ese instante de la noche
que se confunde casi con la vida.
Alguien bajó a besar los labios de la estatua
blanca, dentro en el mar, mientras que vacilábamos
contra la madrugada. Y yo pedí,
grité por favor que no volviéramos
nunca, nunca jamás a casa.
Por supuesto, volvimos.
Es invierno otra vez, y mis ideas
sobre cualquier posible paraíso
me parece que están bastante claras
mientras escribo este poema
pero,
para qué no admitir que fui feliz,
que a menudo me acuerdo?"