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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Drama. Thriller Judy Johnson, madre de un niño que iba al jardín de infancia McMartin, llamó a la policía de Manhattan en julio de 1983. Le dijo al oficial que su hijo tenía una mancha roja, y le mencionó el nombre de Ray, un hombre que trabajaba en el jardín de infancia. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2013
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película basada en hechos reales. Nos cuentan el caso de la familia McMartin. Se les acusó de pederastia sistemática cometida en la escuela de preescolar de la que eran propietarios. Se acusó a la abuela, a la madre y a la hermana del profesor y principal sospechoso Ray Buckley. También se enjuició a alguna persona más relacionada con la escuela.
La película es una denuncia de la sociedad americana: de los medios de comunicación (carroñeros sin escrúpulos), de la fiscalía (negligentes y corruptos), de las familias de los niños supuestamente abusados (borregos manipulados) y de los movimientos o asociaciones reaccionarias (enloquecidos y miserables). En este panorama desolador solo se salvan los acusados (buenos e inteligentes) y el abogado defensor (empieza como un pícaro sin escrúpulos y acaba como heroico representante de los mejores valores de la democracia).
De ritmo trepidante y poderoso, con una narración directa, clara y sencilla, el relato se sigue con tremendo interés. Se agradece y se aprecia el llamar la atención sobre injusticias clamorosas. Lo único criticable es el modo en que se hace. No permiten que el espectador saque sus propias conclusiones; te cuentan los hechos de forma sesgada y maniquea: los acusados son absolutamente buenos y sus acusadores completamente repulsivos y malvados. Parece evidente que es un caso en el que se cometió un terrible atropello, pero nos lo cuentan de forma precipitada, groseramente, con abundancia de primeros planos efectistas y golpes de guion espectaculares. La película, quizás debido a la larga duración del juicio (duró seis años -de 1984 a 1990- y fue el más largo y caro de la historia judicial de Estados Unidos), al enorme material informativo del que disponían los guionistas y al poco tiempo que tenían (dos horas) para explicarlo todo, descarta la profundización y la matización, huye del análisis frío y reposado y opta por la dramatización simplista y sensacionalista. Esto provoca que haya muchas preguntas sin respuesta, muchas lagunas y sinsentidos, tanto que hay momentos en los que uno se asombra ante la posibilidad de que tanta estupidez, maldad y desvarío pudieran darse en un país supuestamente avanzado y democrático. Es aterrador pensar que sucedió algo así, que se permitió tanto despropósito y majadería (se llegó a hablar de rituales satánicos) como consecuencia de la ambición de algunos profesionales desalmados (terapeuta, fiscal, presentador de televisión), las ganas de contemplar un espectáculo morboso por parte de los ciudadanos anónimos y la ceguera y maldad de los padres de los afectados.
De entre el conjunto de desaprensivos destaca especialmente la falsa terapeuta con sus brutos y bizarros métodos, personaje que sirve como resumen y compendio de todo lo que se denuncia.
Una película entretenida e interesante, superficial y efectista, que cumple eficazmente lo que se propone: denunciar sin aburrir (renunciando a la complejidad).
Ferdydurke
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