Reconozco que me he entretenido bastante con estos "Cuentos Asombrosos" (Amazing Stories), que tambien podian llamarse "Alfred Hitchcock presenta" que es en lo que se ha convertido "Black Mirror" en manos de Netflix. Las referencias a la tecnología y sus derivaciones positivas y negativas siguen estando ahí, pero más en el fondo, en un segundo o tercer plano en beneficio del entretenimiento puro y duro sin importarle en absoluto a los guionistas que haya una mínima base científica y con más agujeros en las tramas que un buen Gruyere.

Asi es que uno puede lamentarse o cabrearse por lo perdido o abandonarse y disfrutar, dejarse llevar por la cadena de violencia de "Crocodile", la parodia homenaje vintage de "U.S.S. Callister", la inevitable dicotomía sobre el grado de protección con los hijos de "Arkangel" (dirigido por Jodi Foster), la comedia romántica en manos de unas citas a ciegas muy programadas en "Hang the DJ", los cuentos "Creepy" de Black Museum o por último mi preferida, porque apuesta sin enmascaramiento por el más puro género de terror y consigue agobiarme bastante, "Metalhead" dirigida por David Slade.
Se hace uso y abuso, casi como tema monocorde de todo tipo de manipulaciones cerebrales con una facilidad que produce sonrojo, todo lo contrario del variado elenco que se entregan con eficacia notable a defender cada uno de su más o menos increíbles personajes. El espejo oscuro se acaba convirtiendo en la tele de entretenimiento, como si fuera un capítulo más del antiguo Black Mirror para dar que pensar.

V TEMPORADA

Bandersnatch: Este verso suelto del espejo oscuro de Charlie Brooker arriesga de forma pionera con una propuesta interactiva donde el usuario de Netflix puede elegir los distintos caminos que toma el protagonista en un laberinto existencial cuyo epicentro es el libre albedrío. El fondo de la cuestión sobre nuestra capacidad a la par que la del protagonista de poder elegir nuestro destino es tan interesante como previsible la conclusión. La manipulación sobre nuestras decisiones en el mundo en que vivimos es tal que el margen que nos queda es muy estrecho si es que existe desde el punto de vista ontológico.

Otra cosa es la manera de narrar este laberinto que se me llega a hacer cansino y repetitivo y que a la postre promete más de lo que da. Las historias interactivas en papel ya llevan un tiempo funcionando. Veremos lo que dan de sí en el mundo audiovisual.

Striking Vipers:De la quinta temporada ya en manos de Netflix este episodio es, a mi juicio, el que les ha quedado más redondo, en una trilogía en general flojita. El tema LGTBI viene a ser poco más que una anécdota ante el poder real y actual de lo virtual y de como puede sacarnos de nuestra propia realidad para abandonarnos de forma adictiva a otra ficticia. La necesidad de poder escaparnos de aquello que no nos gusta o poder acceder a niveles físicos o sociales de una forma barata, popular y sin esfuerzo con sucedáneos virtuales en los que la manipulación de nuestros sentidos pueda ser incapaz de distinguir lo real de lo "soñado" es un tema filosófico con consecuencias imprevisibles que las nuevas tecnologías ya han dejado sobre la mesa. Volviendo a la realidad más prosaica en las relaciones personales y sexuales la película apuesta por aquello que cantaba el tristemente desaparecido Aute: "O me llevo a esa mujer, o entre los tres nos organizamos, si puede ser".

Smithereens: Básicamente, como se ha escrito, la notable actuación de Andrew Scott es lo más destacable en una historia que divaga sin encontrar un norte al que dirigirse, sin saber muy bien lo que nos quiere contar y que va mareando la perdiz hasta el más que previsible final.

Rachel, Jack y Ashley Too: El ambiente ochentero, interpretaciones correctas y el morbo de ver a Miley Cyrus parodiandose a si misma no es bagaje suficiente para incluir la propuesta en la línea "Black Mirror". Lo de la explotación en la industria artística es un tema muy sobado para bien y para mal. En este caso lo segundo.

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