"Una familia de locos", esos títulos a favor o en contra que a nivel publicitario venden u obstruyen su difusión entre los asiduos a las salas de exhibición. Hoy con todas las de perder –gracias al estigma y poco ingenio para nombrarla en Hispanoamérica– se arriesga y gana por su gran perspicacia para tratar temas de moral y estándares del buen comportamiento con exquisita irreverencia.

Se construye con un planteamiento acerca de lo mal visto, lo señalado e intolerado de una pequeña comunidad que se rige por tener cierto orden, aunque adentro tengan mucha ropa sucia por lavar y así evitar ser expuesta con lo penoso de sus asuntos. Ingeniosamente la disfuncionalidad familiar nos conduce a dilucidar la falsedad que la sociedad arrastra al no lograr la perfección aspirada y con tono corrosivo transgrede la supuesta pulcritud que algunos se jactan de poseer.

Por lo anterior podemos ver que detrás de la máscara de los buenos modales se esconden la amabilidad fingida, criticones, promiscuos, intolerantes, que a su vez y severamente confirman la posición de los "menos" tan solo por el hecho de no encontrarse en una posición más cómoda.

La película es cáustica por su argumento, dirección y sobre todo por una Toni Collette (quien se lleva los créditos) que cierra el filme para que auténticamente te cagues de la risa.

Buena película