Una historia monstruosa y retorcida. No decepcionará a los aficionados a las novelas de Agatha Christie.
La matriarca de esta familia singular es una auténtica harpía. Impone a todos una disciplina militar y los trata con crueldad si vulneran los planes establecidos. Cuando un inesperado testigo va a proporcionar coartada al único encarcelado por el asesinato de esta despiadada mujer, cunde el pánico en la gran mansión. Uno de sus habitantes es el asesino.
La serie presenta bastantes virtudes: una fotografía atractiva, cuidada ambientación, una buena banda sonora y un montaje dinámico del presente y el pasado, que va suministrando información poco a poco sobre los oscuros secretos de la familia. Los flashbacks, ofrecidos a fogonazos, te intrigan a cada momento. Se hace muy entretenida en sus casi tres horas de duración.
Se puede reprochar que no todos los personajes están bien perfilados y que algunos caen en la exageración, como el hijo rebelde o el militar inválido, pero la historia, negra y trágica como el título indica, te mantiene en vilo.
A destacar también el desenlace, para nada convencional.