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Voto de trivijuan:
7
31 de enero de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No resulta demasiado acertada la sexta de BERGMAN. Era su primer guión en solitario y se nota. Aparecen la muerte, el diablo, el metacine, la linterna mágica y demasiado por contar. Tanto, que no queda claro, que no es preciso, que se pierde.
LORENS MARMSTEDT, su productor de cabecera, el que le enseñó a hacer cine, también debía ganar dinero y por eso dijo: "Ésta película será artística y todo el mundo se sacrificará por el arte". BERGMAN quedó esperando el único botín: un 10% de los beneficios, que al final nunca llegaron.
El planteamiento es muy interesante: intentar hacer una película sobre el triunfo del diablo en la tierra. La película que se plantea a tal fin, no llega nunca a tan alto fin. Si acaso cabe destacar los momentos oníricos donde un bebé se supone decapitado al enlazar su imagen con el de la torsión de la cabeza de pescado; escena que nos recuerda inevitablemente al corte del ojo de UN PERRO ANDALUZ de LUIS BUÑUEL. Coincide esta época con la paternidad temprana de BERGMAN, y es de imaginar que ese tipo de terrores o de pulsiones rondarían al neurótico director.
También cabe destacar ese corto que proyecta la linterna mágica -objeto de poder en la biografía del director- donde a modo de cine mudo se cuenta una vodevilesca historia de terrores de alcoba en donde la muerte, el diablo y el suicidio se entremezclan con humor.
LORENS MARMSTEDT, su productor de cabecera, el que le enseñó a hacer cine, también debía ganar dinero y por eso dijo: "Ésta película será artística y todo el mundo se sacrificará por el arte". BERGMAN quedó esperando el único botín: un 10% de los beneficios, que al final nunca llegaron.
El planteamiento es muy interesante: intentar hacer una película sobre el triunfo del diablo en la tierra. La película que se plantea a tal fin, no llega nunca a tan alto fin. Si acaso cabe destacar los momentos oníricos donde un bebé se supone decapitado al enlazar su imagen con el de la torsión de la cabeza de pescado; escena que nos recuerda inevitablemente al corte del ojo de UN PERRO ANDALUZ de LUIS BUÑUEL. Coincide esta época con la paternidad temprana de BERGMAN, y es de imaginar que ese tipo de terrores o de pulsiones rondarían al neurótico director.
También cabe destacar ese corto que proyecta la linterna mágica -objeto de poder en la biografía del director- donde a modo de cine mudo se cuenta una vodevilesca historia de terrores de alcoba en donde la muerte, el diablo y el suicidio se entremezclan con humor.