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España España · Mexico
Voto de Alfie:
7
Intriga. Thriller. Cine negro La hermosa esposa del Dr. Clive Riordan llega a casa una noche con el diplomático estadounidense Bill Kronin. Riordan, consumido por los celos que le producen las repetidas aventuras de su mujer, decide liquidar a su nuevo rival y planea, utilizando sus conocimientos de psiquiatría, el asesinato perfecto. (FILMAFFINITY)
14 de octubre de 2010
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la novela de Alec Coppel (“A Man about a Dog”), quien también se encargaría del guión, Dmytryck dirige este noir que le dio la posibilidad de adaptar en Gran Bretaña los convencionalismos del cine negro americano. Fue sin embargo éste un proyecto “obligado” que tuvo que emprender después de su huida precipitada a Londres tras ser perseguido como miembro del Hollywood Ten. Así, se produce una mezcla curiosa, vista también en otros films (“The Verdict” Don Siegel, 1946), donde muchas características típicas del género se ven rodeadas de un contexto cultural diferente. Las formas, modales, conversaciones o maneras de expresarse propiamente victorianas inundan una historia donde vuelven a aparecer puntuales a su cita la infidelidad, la mentira, los celos o el poder destructivo de la represión sexual. Como ven lo que es negro es negro, y nunca debe faltar.

El argumento es sencillo: un doctor londinense, Clive Riordan, está cansado de las continuas infidelidades de su mujer, Storm Riordan, una atractivísima Sally Gray. Ella, además de ejercer el adulterio con asiduidad, profesa un odio visceral hacia su marido que en ningún momento esconde. Una noche la sorprenderá con el americano Bill Kronin mientras vuelven a casa juntos. Más allá de hacer la vista gorda, el Dr. Clive saca a relucir la última promesa que hizo a su mujer: “el próximo hombre con el que me engañes lo mataré”. Tras no producirse el irracional y esperado ataque de celos que hubiera acabado con la vida del americano, el doctor idea un plan para cometer el asesinato perfecto, sin huellas, sin sospechas, dejando para ello cautivo a Bill hasta encontrar el momento apropiado para su ejecución. Encadenado a una pared, Bill será visitado todos los días por su captor quien no vacilará a la hora de contarle pormenorizadamente sus siniestros planes.

Así pues, se produce una situación dramática nueva propia de cualquier secuestro; una lucha psicológica entre dos hombres que nos regalará los mejores momentos del film. La aparición de la policía, de Scotland Yard, acercará aún más si cabe el film a las islas: Naunton Wayne interpreta al Superintendente Finsbury, auténtica reencarnación del inmortal personaje de Sir Arthur Conan Doyle y que dará los penúltimos instantes interesantes del film. La resolución del caso se aleja un poco del virtuosismo conseguido durante toda la película aunque deja un último guiño que asegura un buen sabor de boca final.

Llena de simbolismos antiamericanos (las conversaciones de los veteranos ingleses en el club, la aparición sin cesar de un americano encadenado a la pared o incluso la última frase que pronuncia Bill Kronin), “Obsession” se revela como un film de desahogo de su director, donde se intuye una cierta, aunque no por ello menos justa, pataleta hacia un país que meses antes le había dado una patada en el culo, lo había sacado de sus estudios y lo había acusado de traidor. Las rectificaciones y agradecimientos vendrían después.
Alfie
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