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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
6
Drama Durante una travesía en barco por aguas africanas, un tosco fogonero se enamora de una refinada pasajera, que se aprovechará de su pasión para librarse de las proposiciones de sus compañeros de viaje. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un viaje en un barco mercante de Lisboa a Nueva York (y no en una travesía por aguas africanas, como dice la sinopsis de la ficha, sin duda escrita por alguien que no había visto nunca esta película), en plena Segunda Guerra Mundial, una millonaria bastante egoísta (Susan Hayward) conoce de forma puntual y accidental a un fornido fogonero de carácter violento y obsesivo (William Bendix), al que insulta, llamándole simio peludo, lo que provocará una extraña crisis en el fogonero.

Éste es el argumento, resumido, de "Pasión salvaje", un extrañísimo drama con cierto componente social, que enlaza dos personajes antitéticos (Bendix y Hayward) en un encuentro casual y en una especie de hechizo de repulsión y atracción que hubiera sido muy interesante, de haber sido más desarrollado, pero que por desgracia apenas es hecho explícito. De hecho, parece como si la censura de la época hiciera que lo que no podía decir o hacer explícito el guión, con sus diálogos, lo expresara Susan Hayward con su rostro, al ver a William Bendix en la sala de calderas, o en su propio apartamento, en un intento de asesinato que luego parece un intento de violación, y que finalmente se queda en nada: Bendix hace a Hayward, o intenta hacer a Hayward, lo que el personaje de John Loder, enamorado de ella, pero rechazado por ella, no se atreve a hacer justo antes. La mala interpretada por Hayward desarrolla más que un sentimiento de rechazo en el espectador: me atrevería a decir que genera una pulsión sádica. Este deseo de sugerir sin mostrar se aprecia también en una escena como la del baño en la bañera de Susan Hayward, genial en su papel de coqueta egocéntrica, en uno de sus primeros papeles protagonistas.

Esta película viene a ser una revisitación o una reinterpretación de "King Kong" (1933), de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Para mí es una película candidata a film de culto, por los primeros planos de dos actores tan buenos y peculiares como Bendix y Hayward, por la visita de Bendix al gorila enjaulado, por la extrañeza que producen algunos diálogos y algunos planos, por los apuntes sociales y los relativos al contexto de la época, etc.
Pedro Triguero_Lizana
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