Es un telefilme que nos plantea a un protagonista, Johnny Gaines (Bill Bixby), que lleva una vida fácil gracias a sus padres, y que de pronto se encuentra con un hijo nacido de un romance ya casi olvidado. La existencia de ese hijo adolescente supone una crisis para el protagonista, que debe empezar a asumir responsabilidades y compromisos, y, en suma, a madurar.

El llorado Bill Bixby, una estrella de la televisión para (al menos) mi generación, ofrece aquí una buena muestra de su talento como actor, tanto en la comedia (de enredo) como en el drama, que es la vertiente más afortunada de esta historia. Se trata de reflejar, además, las diferencias entre tres generaciones distintas, y sensaciones como el paso del tiempo y la pérdida de la juventud. Con un guión más trabajado, y con una mayor duración, hubiera quedado un producto más redondo. La secuencia de los créditos iniciales nos resume muy bien lo que es la vida del protagonista hasta ese momento.

Por cierto, en la ficha de Filmaffinity Bill Bixby debería aparecer en primer lugar, porque es el protagonista indicutible, y porque el personaje de Diane Baker es bastante secundario.