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Voto de tiznao:
7
6,4
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Drama. Ciencia ficción
Por una confusión en los cálculos o una avería en los dispositivos de lanzamiento, un proyectil teledirigido con cabeza atómica se ha salido de su órbita y se sabe que va a caer en una zona habitada. Se ordena evacuar el lugar, pero algunas personas, por una razón u otra, han decidido quedarse. Hasta la caída del proyectil, podemos observar su vida cotidiana, sus defectos y ambiciones. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2012
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arranca aproximadamente a las 20,00 horas de la noche, mostrándonos la apresurada evacuación de una ciudad de provincias en una sucesión de escenas cuyo montaje, ambientación, y generoso despliegue automovilístico, sorprende por lo vistoso de lo que sabemos una modesta producción, para de forma escalonada ir conociendo a una serie de variopintos personajes, que cada uno con diferente motivación han retrasado su salida de esa ciudad que por breves apuntes intuimos va a ser destruida esa misma noche, y que si es cierto lo que oímos de boca de una anciana a su compañera de correrías cotillas (ya tenemos 2 personajes y la causa por la que no se han ido), la última oportunidad para escapar de la hecatombe es un tren cuya salida está prevista a las 22,00.
Con esta premisa, supongo inspirada en la interesante referencia "La hora final 1959" de Stanley Kramer (aunque también eje de la trama de alguna que otra serie B norteamericana de la época) y con lo original de ser un cohete espacial con cabeza atómica que debido a un fallo técnico, en lugar de amerizar controladamente en algún lugar del Pacifico, va a hacerlo en esa pequeña ciudad de provincias (curiosa y acertada variante en una época que además de influenciada por guerreras amenazas nucleares – la crisis de los misiles cubana apenas 1 año antes – también estaba inmersa en la carrera espacial), el nunca suficientemente bien ponderado Mariano Ozores sorprende a todo aquel que no conozca o haya visto esta película (dirección y guión), con este interesante drama apocalíptico en el que utilizando un más o menos representativo crisol de personalidades y circunstancias vitales de habitantes urbanos, tomándose su tiempo en describir acertadamente las personalidades de todos y cada uno de ellos, las diferentes formas en cuanto a redención personal y/o "adelante con los faroles" de encarar esa fatídica hora, y ese último tramo de metraje con todos reunidos en una iglesia donde su cura los había atraído repicando las campanas, en el que tenemos desde un cuasi thriller psicológico en torno a una moto operativa y quienes deberían huir en ella, hasta un emotivo melodrama presidido por el creciente buen suspense creado en el espectador ante ese último intento por sobrevivir de los cada vez mas jodidos personajes, y con un puñado de buenos actores dando vida a estos, resulta una más que interesante función, tanto en lo que tiene de reivindicación de un buen director y bestia cinematográfica que el futuro supongo se encargara de poner en su sitio, como en lo insólito del tema tratado en la cinematografía española de la época.
Con esta premisa, supongo inspirada en la interesante referencia "La hora final 1959" de Stanley Kramer (aunque también eje de la trama de alguna que otra serie B norteamericana de la época) y con lo original de ser un cohete espacial con cabeza atómica que debido a un fallo técnico, en lugar de amerizar controladamente en algún lugar del Pacifico, va a hacerlo en esa pequeña ciudad de provincias (curiosa y acertada variante en una época que además de influenciada por guerreras amenazas nucleares – la crisis de los misiles cubana apenas 1 año antes – también estaba inmersa en la carrera espacial), el nunca suficientemente bien ponderado Mariano Ozores sorprende a todo aquel que no conozca o haya visto esta película (dirección y guión), con este interesante drama apocalíptico en el que utilizando un más o menos representativo crisol de personalidades y circunstancias vitales de habitantes urbanos, tomándose su tiempo en describir acertadamente las personalidades de todos y cada uno de ellos, las diferentes formas en cuanto a redención personal y/o "adelante con los faroles" de encarar esa fatídica hora, y ese último tramo de metraje con todos reunidos en una iglesia donde su cura los había atraído repicando las campanas, en el que tenemos desde un cuasi thriller psicológico en torno a una moto operativa y quienes deberían huir en ella, hasta un emotivo melodrama presidido por el creciente buen suspense creado en el espectador ante ese último intento por sobrevivir de los cada vez mas jodidos personajes, y con un puñado de buenos actores dando vida a estos, resulta una más que interesante función, tanto en lo que tiene de reivindicación de un buen director y bestia cinematográfica que el futuro supongo se encargara de poner en su sitio, como en lo insólito del tema tratado en la cinematografía española de la época.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El casting merece un aparte, José Luis Ozores como un borrachín con muchos pliegues pegado a una botella de Larios y siendo a mi juicio de lo mejor de la película en actuación y diálogos, Antonio Ozores en el papel de pícaro ladronzuelo marca de la casa, Emma Penella muy suelta y guapa luciendo redondeces, como una baqueteada prostituta , y su hermana (y esposa de Antonio Ozores) Elisa Montés como una dulce e inocente dependiente de unos grandes almacenes, y abandonando el clan Ozores también tenemos a Fernando Rey como el sacerdote, su esposa Mabel Karr como la adultera pareja del también adultero Carlos Ballesteros, Luis Prendes como un inspector de policía cuyo destino va unido al de Carlos Estrada, el fugitivo de la justicia, Mercedes Muñoz Sampedro y Mari Carmen Prendes como las 2 señoras mayores mencionadas en el primer párrafo, Rafael Arcos como el desaborido e irritante lisiado director de grandes almacenes (recreados en los antiguos Almacenes Mazon, actualmente VIPS de Fuencarral en Madrid), Julia Martínez y Jesús Puente en la parte más emotiva de la trama, y alguno más que no he sido capaz de reconocer.
Súmese una buena banda sonora cortesía de ese estajanovista buen compositor llamado Adolfo Waitzman (además de la inmensa cantidad de composiciones para televisión y cine, suya es la melodía del "Un, dos, tres……. responda otra vez"), lo logrado de la sensación apocalíptica y desoladora de esa ciudad con tan solo algún coche humeante volcado y ese parque móvil visto al comienzo cedido por Barreiros (cuyo impacto perdura en la retina del espectador, y le hace olvidar lo modesto de la producción), y la buena atmósfera que el buen hacer de Mariano Ozores impregna a la función, y tenemos una muy interesante y entretenida película, que trasciende mas allá de esa rareza bizarra, con la que me temo será calificada por más de uno y más de dos, a muy interesante ejemplo de fantaterror ibérico.
Súmese una buena banda sonora cortesía de ese estajanovista buen compositor llamado Adolfo Waitzman (además de la inmensa cantidad de composiciones para televisión y cine, suya es la melodía del "Un, dos, tres……. responda otra vez"), lo logrado de la sensación apocalíptica y desoladora de esa ciudad con tan solo algún coche humeante volcado y ese parque móvil visto al comienzo cedido por Barreiros (cuyo impacto perdura en la retina del espectador, y le hace olvidar lo modesto de la producción), y la buena atmósfera que el buen hacer de Mariano Ozores impregna a la función, y tenemos una muy interesante y entretenida película, que trasciende mas allá de esa rareza bizarra, con la que me temo será calificada por más de uno y más de dos, a muy interesante ejemplo de fantaterror ibérico.