Arranca con la llegada a un apartado paraje de Australia, de Ned (Scott O'Donnell), un escritor que ronda los 40, al cual acompaña su joven novia Toni (Maeve Dermody), para visitar a su padre, Bruce (Bryan Brown) enfermo terminal que está siendo cuidado por Sally (Rachel Griffiths, la Brenda de "A dos metros bajo tierra"), una mujer que se nos muestra adaptada y sin problemas con su apartada vida, para una vez en dicha casa y como consecuencia de la relación con el padre enfermo y cortos flashback en los que se nos muestran la tragedia que sufrió la familia, y el cómo y el porqué de esta, entrar en los dramáticos secretos que arrastra dicha familia, y ponerlos sobre la mesa.

Adaptación de una, al parecer, buena novela escrita por Newton Thornburg (no tengo el gusto, aunque a mi juicio tiene un aire a Philiph Roth), dirigido con acierto y sin maniqueos juicios morales por la actriz australiana Rachel Ward (también autora del guion), en su primer largometraje (tras 3 o 4 cortometrajes), y con un buen trabajo actoral de todos y cada uno de los miembros del casting, tenemos una historia tan adulta, sórdida, y redentora como la vida puede llegar a ser, bien contada, bien fotografiada y con una buena banda sonora (curiosa cuanto menos la versión que Henry Wagons hace de "Bad to The Bone", la mítica canción de George Thorogood que tanto juego dio en "Terminator 2" y "Este chico es un demonio").

En resumen, interesante drama "indie"de procedencia "aussie", cuya trama, atmósfera y lo espinoso de esos secretos familiares que poco a poco van saliendo a la luz, sabrá apreciar y valorar el público adulto al que está enfocado (no aclaro el tema "espinoso" por no entrar en spoilers).