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España España · madrid
Voto de tiznao:
6
Acción Cuando el detective Lou Torrey es trasladado a Los Angeles, descubre que un mafioso siciliano contrata a veteranos de Vietnam para asesinar a todos sus enemigos. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2009
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un año antes de su “El justiciero de la ciudad” la pareja Michael Winner como director y Charles Bronson como actor, se descolgaron con este entretenido y musculoso thriller setentero, en la que Bronson interpreta a Lou Torrey, un teniente de homicidios que en determinadas escenas hace parecer a Harry Callahan una hermanita de la caridad (además de el toque “arty” que tiene con la fijación por una reproducción del cuadro “Saturno devorando a su hijo” de Rubens, que le sirve de preparación y motivación cada vez que lo mira en la habitación del motel que usa como residencia).
Arranca con la llegada de Lou a un edificio donde le vemos cargarse en una escalera de incendios al minuto de metraje a un portorriqueño desarmado en Nueva York delante de las cámaras de televisión y debido al consiguiente linchamiento mediático es trasladado a Los Ángeles (todo esto a modo de presentación antes de los títulos de crédito).
Una vez en Los Ángeles detiene a un tipo que estaba siendo buscado por asesinato en Nueva York y vuelta a la ciudad de los rascacielos con el detenido, para a la salida del aeropuerto aparecer un coche y matar a este y largarse antes de que Lou pueda desenfundar.
A partir de aquí con Lou Torrey tratando de detener la venganza emprendida por Al Vescari (Martin Balsam), un jefe mafioso sobre los responsables de una matanza realizada 42 años atrás sobre antiguos colegas (impagable la escena en el cementerio con Al Vescari señalando las lapidas y recitando los nombres de los difuntos), venganza para la cual ha contratado a veteranos del Vietnam (los “asesinos de piedra” del título) y unas entretenidas y bien rodadas escenas de acción en diferentes localizaciones (Nueva York, Los Ángeles y el desierto de Mojave), tenemos un digno thriller de acción con un final cojonudo, que me temo solo apreciaran en su justa medida los degustadores de este tipo de historias (ya saben, nada de filias y fobias militantes, “es solo cine chaval”).
tiznao
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