Una joven que ha sufrido un accidente cuando montaba a caballo, a consecuencia del cual ha quedado ciega, se traslada a vivir a un apartada casa en la campiña inglesa con sus tíos y su primo, donde aparece un asesino (al que no vemos la cara hasta el final, tan solo un brazo con un brazalete, unos pantalones vaqueros y los pies embutidos en unas botas camperas) que tras liquidar a toda su familia, inicia un siniestro juego del gato y el ratón con la indefensa muchacha.
Merece la pena aguantar los casi dos tercios de película que tarda en entrar en materia (por otra parte necesarios y con un desarrollo de la trama que te va atrapando irremisiblemente) para a partir de aquí disfrutar de una verdadera joyita plagada de incertidumbre y un absorbente suspense, magníficamente filmada por el ecléctico y muy particular Richard Fleischer y con una de las mejores actuaciones de Mia Farrow que recuerdo.
Absolutamente recomendable.