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Voto de Messer E Vork:
7
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Bélico
El capitán Nolan, procedente de la India, se incorpora al regimiento de Lord Cardigan. Considerado un oficial de inferior categoría por sus compañeros, Nolan mantendrá continuos enfrentamientos con Lord Cardigan a causa de su despótica actitud. En la guerra de Crimea (1854-1856), en pleno asedio de Sebastopol, tendrá lugar una terrible batalla. (FILMAFFINITY)
20 de junio de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richardson se sitúa muy lejos de la pomposidad del poema que he mentado en la primera parte de la frase y de la glorificadora cinta "La carga de la brigada ligera", donde (al igual que hicieron con la biografía de Custer del 41, también con Errol Flynn de protagonista) si no hay en la realidad motivos que justifiquen una acción, directamente se los inventan. Aquí la realidad ocupa un lugar importante. Y es que estamos a punto de entrar en los años 70, años de desmitificación de los mitos patrioteros, años en los que la guerra ya empieza a dejar de verse como algo ni siquiera remotamente glorioso, algo que debe evitarse y no buscarse por motivos espúrios (una lección que todavía no ha calado). Es recomendable verla más como documento histórico que como entretenimiento.
El 80% de la cinta constituye una introducción bastante excesiva (y que puede llegar a cansar en algunos tramos) en la que se nos presentan los personajes (los oficiales, los mandos...) y la situación en la que viven, un mundo tirando a sórdido, lejos de la honorabilidad con la que se le ha pintado tantas veces, con discriminación, maltrato y mandos despóticos y/o ineptos. Cuando la cinta se traslada, ya en los compases finales, a la Guerra de Crimea, podemos ver muy claramente que la guerra no es un juego, sino un lugar terrible y asqueroso, asfixiante y desprovisto de glamour, algo que no parecen entender los pudientes que se han trasladado a los campos de batalla, en un lugar seguro con buenas vistas, como si todo fuera un camping con espectáculo incluido.
(sigo en spoiler)
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Más críticas en:
https://unblogacincoalturas.wordpress.com/
El 80% de la cinta constituye una introducción bastante excesiva (y que puede llegar a cansar en algunos tramos) en la que se nos presentan los personajes (los oficiales, los mandos...) y la situación en la que viven, un mundo tirando a sórdido, lejos de la honorabilidad con la que se le ha pintado tantas veces, con discriminación, maltrato y mandos despóticos y/o ineptos. Cuando la cinta se traslada, ya en los compases finales, a la Guerra de Crimea, podemos ver muy claramente que la guerra no es un juego, sino un lugar terrible y asqueroso, asfixiante y desprovisto de glamour, algo que no parecen entender los pudientes que se han trasladado a los campos de batalla, en un lugar seguro con buenas vistas, como si todo fuera un camping con espectáculo incluido.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por destacar dos escenas, elegiría en primer lugar la escena en la que el arrogante Cardigan (físicamente clavado por Trevor Howard) y su acompañante intentan quitarse la ropa interior victoriana para poder hacer lo que han ido a hacer. La escena, más que comicidad, lo que rezuma es patetismo. No puedes creer que ese tipo esté al cargo.
Otra escena es el final en sí. La errónea carga de la brigada ligera, polvorienta, sangrienta e inútil (aquí no vale inventarse a un marajá malvado al que por matar ya ha merecido la pena todo). Al final, mientras los pudientes se acongojan (por la derrota, no por el sufrimiento en general, que si les importara algo no estarían ahí de voyeurs), y los generales se tiran de modo patético las culpas entre ellos sin saber muy bien cómo se ha llegado a esa situación, los soldados se recuperan como pueden del esfuerzo que les ha llevado hacer algo que no ha servido para nada, en una guerra en la que los únicos que ganan están lejos del peligro.
También es curiosa la metida de pata tremenda del doblaje, que en lugar de mostrar al capitán Nolan intentando advertir a la Brigada Ligera de que están yendo en la dirección equivocada lo muestra exigiendo que ataquen más deprisa. ¿O no fue una metida de pata? Tal vez la censura quiso restar potencia a la denuncia de la película implicando que no hubo ningún malentendido sino que Nolan dio las órdenes mal a propósito en un rapto de locura.
Otra escena es el final en sí. La errónea carga de la brigada ligera, polvorienta, sangrienta e inútil (aquí no vale inventarse a un marajá malvado al que por matar ya ha merecido la pena todo). Al final, mientras los pudientes se acongojan (por la derrota, no por el sufrimiento en general, que si les importara algo no estarían ahí de voyeurs), y los generales se tiran de modo patético las culpas entre ellos sin saber muy bien cómo se ha llegado a esa situación, los soldados se recuperan como pueden del esfuerzo que les ha llevado hacer algo que no ha servido para nada, en una guerra en la que los únicos que ganan están lejos del peligro.
También es curiosa la metida de pata tremenda del doblaje, que en lugar de mostrar al capitán Nolan intentando advertir a la Brigada Ligera de que están yendo en la dirección equivocada lo muestra exigiendo que ataquen más deprisa. ¿O no fue una metida de pata? Tal vez la censura quiso restar potencia a la denuncia de la película implicando que no hubo ningún malentendido sino que Nolan dio las órdenes mal a propósito en un rapto de locura.