"- La boca no se hace agua hasta que te enseñan el postre".

Simpática comedia "british", que adapta la obra de Sonnie Hale y con guion del propio realizador y de Jeffrey Dell.

Una película que tiene buenos gags, sobre todo visuales (el partido de tenis...), con buen ritmo e interpretaciones y siempre con un gran cariño hacia sus personajes.

Se sigue con gusto, sin ser excepcional, por la bonhomía de sus situaciones, que hacen sonreír y alguna vez reír, por lo que siempre es amena, dejando un buen sabor de boca.

Es verdad que roza el vodevil pero gracias a Dios no cae nunca en él y la calidez de la propuesta, con entrañables equívocos, hacen que simpatices con lo que se ve y oye.

Sin ser una gran comedia, se lo pasa uno/a bien.

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