Otra comedia más que en mi opinión está injustamente valorada.
Basada en una comedia teatral de Somerset Maugham cuyo guion corrió a cargo del experto comediógrafo Claude Binyon nos presentan un jugoso argumento muy bien interpretado por actores de la talla de Jean Arthur, Fred MacMurray y Melvyn Douglas en el trío protagonista, sin olvidar mencionar a ese excelente secundario que fue Harry Davenport como el padre de la chica o al también divertidísimo Melville Cooper como el sorprendido mayordomo.
La historia no tiene desperdicio.
Jean Arthur es una joven felizmente casada con Melvyn Douglas. Pero acaba de superar una infeliz tragedia. Quedó viuda de su primer marido( Fred MacMurray), socio y mejor amigo del actual, por un trágico accidente en el mar.
Apenas ha comenzado su nueva vida conyugal cuando de repente, su primer marido reaparece vivito y coleando. Al parecer no se ahogó en el mar como todos supusieron, sino que logró llegar a una isla donde permaneció hasta que fue rescatado.
Jean Arthur se ve en un terrible dilema moral. ! Tiene dos maridos!. Tendrá que tomar una decisión...
¿ Qué ocurre si una mujer ama a dos hombres?. ¿ Qué les ocurre a los hombres si los dos aman a la misma mujer?.
Esta película, en mi opinión, ha tenido la mala suerte de haber sido estrenada a caballo entre otras dos películas de temática parecida, pero con las firmas de dos autores consagrados.
Una, es la que dirigió en 1933 Ernst Lubitsch " Una mujer para dos" en la que también se vivía un " menage a trois" que además tenía otra ventaja; estaba hecha antes del código Hays, con lo que Lubitsch gozó de cierta libertad para tratar este tema que de ningún modo podía hacer la que comentamos.
La otra, es una versión muy parecida a ésta en su inicio, firmada por Garson Kanin pero guionizada por Leo MacCarey que también iba a hacerse cargo de la dirección pero que no pudo finalmente por problemas de salud y que se titulaba " Mi mujer favorita".
Estos dos autores consagrados, hicieron que esta película quedara inmerecidamente olvidada en el cajón de los recuerdos.
Y yo no quiero compararlas. Creo que esta cinta por sí misma tiene los suficientes elementos, algunos llenos de brillantez, que hacen que su visionado provoque un gran placer por los afilados y certeros diálogos, las estupendas interpretaciones y la maliciosa trama que ya de por sí son suficientes para aupar esta película a un puesto mayor que el que tiene.
Ruggles no tendrá la maestría de los antes mencionados. Confía en la potencia del argumento y el guion y el saber hacer de sus actores y les deja hacer. Quitando algunos momentos muy bien resueltos, se nota mucho que estamos ante una comedia de origen teatral. Pero a mí no me importa. Me parece una magnífica comedia que me arranca muchas sonrisas por la malicia que desprende. Muy, muy recomendable.