Vidas paralelas. A la manera de Gran Hotel, donde se narraban las historias de diferentes clientes de ese hotel, aquí nos cuentan las vidas de diferentes usuarios Vip de un aeropuerto que, a causa de la niebla, ven retrasados sus vuelos y tendrán que quedarse a pasar la noche en el hotel del aeropuerto.
Al igual que la anterior, lleno de grandes estrellas, está llena de pequeños dramas, demasiado prefabricados, que no te terminas de creer y en conjunto resulta un pelín aburridilla.
Lo que mejor funciona es, precisamente, la parte humorística, a cargo sobre todo del papel de Margaret Rutherford( ganó un Oscar por este papel ), que hace de una marquesa muy peculiar. Lamentablemente, su papel es muy corto, si no la película hubiera ganado muchos enteros.
También el papel de Orson Welles es muy divertido, aunque en mi opinión, hubiera funcionado mejor con otro actor.
Maggie Smith, como siempre, un ejemplo de saber hacer, su papel de secretaria enamorada de su jefe, perfecto.
Pero, la trama principal, la sostenida por Elizabeth Taylor y Richard Burton junto a Louis Jourdan, en forma de melodrama, con un trío en conflicto, resulta un poco desmesurada y aburrida.
Teniendo en cuenta que casi todo el metraje lo abarcan ellos, es precisamente lo que menos me gustó a mí del film, con lo cual se malogró lo que, a mi entender, con un poco más de humor y menos melodrama, podría haber sido una buena película.