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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Cine negro. Thriller. Intriga Un prisionero se entera de que su hermano menor pronto se unirá a él tras las rejas... (FILMAFFINITY)
11 de octubre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra curiosísima realización del año 32. Un precode del género carcelario, un drama que denuncia de manera inmisericorde las infrahumanas condiciones bajo las que vivían los presos condenados a trabajos forzosos y encargados de construir las carreteras que, curiosamente, beneficiaban a los contratistas privados que se habían hecho con la licitación de la obra.
62 minutos de película que les dan para mucho.
Un inicio de declaración de intenciones abre con unos titulares que denuncian el último crimen perpetrado allí cuando un preso aparece muerto en una celda de castigo. "La estufa", es una suerte de féretro vertical donde encadenaban a los prisioneros díscolos por el cuello. Una tortura medieval que, sin embargo, hasta bien entrado el siglo XX se siguió utilizando con el beneplácito o, más bien, negligencia de las autoridades máximas.
Pero no es más que el comienzo. Con ese realismo totalmente ausente de velos y cortinillas que Hollywood aplicaría después, nos van a describir con absoluta precisión las condiciones de vida de sus presos.
Barracones de hierro rodantes, similares a esas jaulas de los animales del circo, sirven de dormitorios donde los presos encadenados, unidos unos a otros por medio de argollas de hierro, pasaban las noches antes de comenzar sus tareas en la carretera.
Picos, palas y a horadar la tierra sin descanso. Guardias provistos de látigos se encargan de que los presos no pierdan el ritmo. Mala comida y malas condiciones sanitarias. El contratista no está satisfecho, todos son unos enclenques y le retrasan el trabajo. !Hay qué ver cómo está el servicio!.
Curioso también que la segregación llegue hasta ese rincón.
Barracones para blancos y barracones para negros, aunque luego trabajen juntos, es alucinante observar también cómo hacen el recuento, siempre por separado. Aquello puede ser la antesala del infierno pero hasta allí conservaban intactos los escrúpulos prejuiciosos made in usa. (Protagonizarán un canto espiritual que es una maravilla).
No falta tampoco la alusión a la homosexualidad.
Un preso, claramente gay y probablemente, sirviendo como amante del jefe carcelero.
Y, por supuesto, apuntes de adulterio y crimen que servirán, a su vez, para aportar otra nota de injusticia al destacar la vulnerabilidad de los presos ante los desmanes de sus carceleros.
Por otro lado los personajes, es posible que a los espectadores ya os suene a cliché de tanto como se han utilizado en infinidad de films de la misma temática. Pero me permito recordar que en esta época no lo eran y que, si acaso, son las posteriores las que han copiado y manoseado hasta hacerlas casi obligatorias, por lo que, pretender acusar a este film de estereotipado cuando, precisamente, es uno de los originales me parece una acusación baldía.
Si quieren ponerse a rememorar toda clase de películas, la gran mayoría de ellas piezas de primera categoría, se van a encontrar con que cada una de ellas tiene uno o varios personajes muy parecidos a los que asoman por aquí. Eso para mí supone un reconocimiento a estos pequeños films, de serie B, que han servido de humilde base para los futuros cineastas. !Jueguen a comparar!, ¿Quieren?.
Por último la trama.
Richard Dix es un preso reincidente a punto de fugarse que abortará su fuga en el último momento al darse cuenta de que su hermano pequeño acaba de ingresar en la prisión. Decidirá quedarse para protegerle aunque el muchacho se mostrará algo temerario y habrá de enseñarle a cuidar su genio.
Pero los acontecimientos se precipitarán sin poder controlarlos y pronto se verá envuelto en una fuga masiva de consecuencias desastrosas.
62 minutos increíblemente bien aprovechados que resultan muy ilustrativos si saben soslayar esas rémoras que arrastran estas películas de comienzos del sonoro y que las convierten en algo acartonadas. Como documento es impecable.

PD: O'Selznick es el productor del film y aquí también tenemos un incendio excelente que tanto parecía gustarle. Seguro que quedó tan satisfecho de éste que luego decidió hacerlo a lo grande en su "Lo que el viento se llevó". Si algo sale bien, bien merece la pena repetir ¿verdad?
Izeta
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