Entiendo que a Keaton en esta película, y supongo que en muchas otras, hay que valorarle, sobre todo, por la gran inventiva y capacidad que tuvo de crear un nuevo lenguaje, nuevos gags imposibles con la técnica disponible entonces y su gran contribución a la Historia del Cine.
Esta peli, en concreto, tiene un comienzo que supuso un gran hito. Al igual que hizo en " El moderno Sherlock Holmes", Keaton, a través de un sueño, donde jugaba con las posibilidades del cambio de escenario en un milisegundo, en esta también explora la ilusión de la imagen para ofrecer al espectador algo nunca visto entonces...Al actor replicándose a sí mismo en el mismo plano lo que le dio la ocasión para contribuir con un regalo impagable al lenguaje narrativo del cine, así como construir uno de sus grandes gags.
Pero, vista hoy, y a pesar de su sorpresivo comienzo, no creo que el espectador actual encuentre muchas razones para la hilaridad en esta película. Es de admirar, naturalmente, su innegable talento, pero reír, te ríes mucho más en otras.
No sé, a falta de conocer muchísimas pelis de este actor, creo que no me va a gustar tanto como sus compañeros cómicos de la época. Ya iré viendo.