De cuatro, una, no es exactamente trigo limpio o eso es lo que nos quieren hacer ver pero no sabemos quién puede ser, es igual, el pato lo pagarán todas que para eso son de dudosa reputación y tendrán que cobijarse en esa ciudad fantasma.
De dos hermanos, uno, no parece albergar tampoco dudas con respecto a las chicas y querrá expulsarlas también de allí, claro que luego cambian las tornas y el dudoso comienza a ser él, sobre todo cuando los forajidos, antiguos combatientes de Quantrill, hagan su aparición y su líder, que porta un látigo negro, reconozca a Marlowe como a un camarada de guerra.
Y así, entre duda y duda irá transcurriendo la acción. La quietud e inacción de Marlowe, cuando sean tomados como rehenes por los forajidos, sembrará aun más dudas entre los presentes y el hermano pequeño deberá hacer algo y también las chicas, que se ven obligadas a defenderse.
El látigo negro y su dueño se adueñarán de la situación. Un buen personaje que lo va a llenar todo con la exposición de su carácter, cruel, sádico y perverso (quien escoge como arma un látigo algo de eso debe de tener) y también resulta interesante el dibujo de otro de los forajidos "El violinista", otro personaje que inquieta mucho en su caracterización a pesar de que apenas habla y no tiene mucho quehacer en la trama.
Con respecto a las chicas, cabe destacar a Adele Mara y Angie Dickinson que se encuentran entre ellas, aunque casi todo el peso lo lleva Coleen Gray como mujer de bandera.
Sólo hacia el final la cinta toma algo de impulso en su acción, la esperábamos mucho antes, Warren podría haber intercalado algo más de peligro o dinamismo pero la trama contiene el suficiente misterio en sus personajes para que no decaiga nuestra atención con que..., tampoco vamos a pedirle peras al olmo.