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Voto de harryhausenn:
7
Drama. Intriga En 1894, el capitán francés Alfred Dreyfus, un joven oficial judío, es acusado de traición por espiar para Alemania y condenado a cadena perpetua en la Isla del Diablo, en la Guayana Francesa. Entre los testigos que hicieron posible esta humillación se encuentra el coronel Georges Picquart, encargado de liderar la unidad de contrainteligencia que descubrió al espía. Pero cuando Picquart se entera de que se siguen pasando secretos ... [+]
24 de noviembre de 2019
68 de 75 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un plano abierto en un patio repleto de soldados desfilando, la cámara les sigue. Enmedio, un hombre grita por su inocencia mientras le arrancan los galones. Así empieza este proyecto del caso Dreyfuss, tras casi una década en desarrollo. Una acusación de alta traición, cargada de antisemitismo que sacudió la sociedad francesa a finales del s.XIX. J'accuse se centra en la figura del general Picquart, alto mando del ejército que destapó las falsas acusaciones contra Dreyfuss. La película aprovecha para adentrarse en la propia institución y muestra los tejemanejes y las falsas pruebas de la acusación para firmar un thriller refinado y absorbente.

La película cuenta con dos puntos fuertes. El primero, y el más evidente, Jean Dujardin. Raras veces hemos presenciado una evolución, un cambio de registro tan brutal en un actor hasta el punto que como intérprete pueda soportar el peso de un film histórico. Unas expresiones certeras, unas frases cortantes y un tono seco y en aparencia inexpresivo, pero justamente, elaborado al detalle. Gran proeza del cómico, el ser capaz de encarnar la represión de sentimientos que debe imperar en la diplomacia del ejército y que sin embargo, se agrieta en las escenas en las que comparte plano con su amante.

Esta contención de emociones, es, además, el segundo punto fuerte de la película, que adapta su estilo a la frialdad de los códigos del protocolo. La película es fría y seca porque el ejército lo es a su vez. El diálogo final entre Picquart y Dreyfuss, sin apenas una despedida cordial, resume a la perfección esta decisión artística. La falta de sensibilidad, paradójicamente, logra que incluso en las escenas de mayor conflicto, la situación de las falsas acusaciones nos parezcan una bomba de relojería a punto de explotar debido a la determinación de los oficiales.

J'accuse renuncia a toda caricaturización o exaltación de los personajes históricos que perfila salvo, quizás, la valentía de Emile Zola. La película prefiere centrarse en recrear las entrañas del sistema, sus errores y sus sombras, y es ahí cuando logra fascinar al público, pese a sus interminables diálogos en el mismo tono de voz. Una estructura de thriller político en la que no vemos el fondo del enorme abismo de la corrupción, un mundo donde la amable negativa de un coronel puede suponer un escollo mayor que una lucha cuerpo a cuerpo.

hommecinema.blogspot.com
harryhausenn
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