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Voto de harryhausenn:
8
Drama Las vidas de tres mujeres se cruzan en un pequeño pueblo de Estados Unidos, donde cada una está intentando abrirse camino sin demasiado éxito. (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2017
34 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de Reichardt es un arte sopesado, tranquilo, que invita a dejarse llevar. Más que buscar un efecto inmediato, la cineasta deja que sus películas florezcan dentro del espectador. Construyéndose poco a poco, las horas siguientes, los días siguientes. Quizá Night moves fuese la más trepidante de su filmografía, siguiendo unos activistas ecologistas que cometen un error. El gran silencio del metraje convertía la ausencia de diálogo en la representación de unos remordimientos que se traducían como una angustia insoportable para el público.

Si nos retrotraemos a su debut, Old joy esconde tras la falta de acción una incomodidad evidente entre sus dos protagonistas, antiguos amigos cuyos asuntos pendientes vuelven a manifestarse. La maravillosa Meek's cutoff, un paseo bajo el sol y bajo la luna, se convierte en una excusa para situar en su momento cumbre a una aguerrida mujer en la toma de una decisión vital. Reichardt ha hecho de esta expresión tan calma su mayor seña de distinción, convirtiéndola quizá en la directora actual más interesante del panorama.

Certain women son tres historias independientes que transcurren en la inhóspita Montana, encabezando cada segmento una mujer que sufre las consecuencias de una sociedad machista: una abogada cuyo cliente no la toma en serio y que es obligada a poner en riesgo su vida. Todo por ser considerada por la polícia la cara más amable para negociar con un hombre violento. Hay una escena en la que el comisario indica la puerta del edificio secuestrado a la mujer, sonriendo, empujándola a adentrarse en ese horror. Es esta una de las escenas más violentas de la filmografía de Reichardt, donde se denuncia con pasmosa claridad la injusticia tras gestos cotidianos que atacan a las mujeres de forma consciente o no.

Después, en el segundo episodio Michelle Williams ha de resignarse a ser vista como una mujer caprichosa y desconsiderada tras que su marido provoque, por ser un pésimo negociador, que ella se gane el rencor de un vecino al que aprecia. En el tercer capítulo, Kirsten Stewart encadena una mala decisión tras otra, confusa y cegada por huír del puesto que la sociedad ha reservado a una mujer de su origen y condición social. Aunque nada comparable al personaje de Lilly Gladstone, una marginada acostumbrada al rechazo y a la soledad por mujer, por pobre y por india.

El esquema que siguen estos tres episodios es tan atípico como fascinante. El primero trancurre en la ciudad, con una mujer enfrentada al público. El segundo en las afueras de esa misma ciudad y la mujer se enfrenta a su familia y su entorno. El tercero se aleja a un pueblo minúsculo a cuatro horas de la ciudad anterior y enfrenta a la mujer contra otra mujer. Parece que según Reichardt se aleja del núcleo urbano hacia las aldeas camufladas entre montañas nevadas, siempre encontraremos una mujer menospreciada. Los episodios se suceden terminando con una amarga historia de desamor.

Pero la directora no se preocupa sólo del fondo social del texto ni de la forma basada exclusivamente en la edición. En todas sus películas nos vemos abrumados por la grandeza de los paisajes del medio-oeste americano que retrata, lugar en el que creció y permaneció al lado de su difunta perra Lucy, ya vista en Old joy y Wendy y Lucy, a quien va dedicada esta película. El ruido del agua en Old joy, el desierto en Meek's cutoff, los bosques de Night moves... En Certain women la calidez de unas historias tan íntimas nos protege en esos paisajes tan sobrecogedores, repletos de rocas y nieve donde los caballos trotan por un campo de un blanco cegador y donde el viento arrastra copos que la noche nos deja ver cómo acarician el asfalto.
harryhausenn
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