Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
7
Serie de TV. Drama Serie de TV (1991-1992). 1 temporada. 19 episodios. Marshall Teller (Omri Katz) es un adolescente cuya familia se muda a la perdida población de Eerie, Indiana, que cuenta con 16.661 habitantes. Al poco de llegar Marshall se hace amigo de Simon Holmes, uno de los pocos personajes normales del lugar. Juntos se enfrentarán a cosas extrañas que suceden en el pueblo, que incluyen un siniestro grupo de perros inteligentes que estan planeando ... [+]
22 de noviembre de 2023
Sé el primero en valorar esta crítica
Viajamos más allá del límite, a la dimensión desconocida de Eerie, población: 16.661, capicúa de una premonición terrible mientras criaturas extrañas, sucesos inexplicables y fenómenos paranormales turban el sueño de los habitantes de este "epicentro de la rareza de todo el Planeta".

Encuentro que podría haberse dado en dicho lugar, de lo más extraño: Karl Schäfer, nativo de Los Angeles, conoce a José Rivera, nativo de San Juan; el primero es productor y guionista a la caza de un éxito, el segundo es un ya respetado escritor de obras de teatro y también conoce el medio televisivo, pero conectan en la zona más insospechada de todas: su pasión incondicional por el cine y las series de terror y ciencia-ficción clásicos. Una conjunción que halla en la NBC el nicho perfecto para que la cadena situase su propio escenario basado en ese pueblo apacible y conservador en la superficie pero donde fuerzas aterradoras se arremolinan en el subsuelo.
Escenario muy explotado en el momento de la producción, principios de los '90, finalizada "Twin Peaks" en ABC y alcanzando altos ratings "Northern Exposure" y "Picket Fences" desde CBS; sí, dicho escenario es la base del terror de todos los tiempos, pero estos lugares nacieron gracias al pueblecito imaginado por David Lynch y Mark Frost. Y así parece ser también la fascinantemente perturbadora Eerie, cuyo primer viaje está conducido ni más ni menos que por Joe Dante, otro que ya había demostrado la forma de incorporar su genio y amor por el género de tiempos pasados en la televisión, además de su personalidad única.

Eso da a "Eerie, Indiana", que únicamente duró 19 episodios, el tono a seguir desde el primero, desde ese legendario "opening" en el que Marshall (Omri Haim Katz, que venía de ser John Ewing III en "Dallas") nos introduce en el agradable rinconcito al que su familia de cuatro miembros (él, su despreocupada hermana Syndi y sus desastrosos padres Edgar y Marilyn (espectacular Mary-Margaret Humes, otrora "Miss Florida" y una de las heroínas de la televisiva "Velvet") ) se ha mudado desde New Jersey, zona oscura de cualquier pueblo tranquilo de los EE.UU.. Así se inicia: un Big Foot rebusca en la basura y los cuervos aguardan en el buzón de correos...
Aquí todo tiene cabida. Coctelera de imaginativos guiños y homenajes que al fan del horror, la ciencia-ficción y la fantasía encantarán, desde la perspectiva totalmente infantil, o preadolescente, gracias a la lúcida mirada de Marshall y su colega Simon, desvelando cuales Holmes y Watson todos los misterios que se les ponen por delante. En ese piloto Schäfer y Rivera se las ingenian para ofrecer su versión más "goonie" de "The Outer Limits" o "The Twilight Zone", pero es el invitado Dante (que acaba de terminar la secuela de "Gremlins" y se prepara para la peripecia de "Matinee") quien da ese toque tan personal, esa atmósfera bizarra que aúna aventura, humor negro, su pizca de sátira social y sobre todo encanto.

Porque en los diálogos, en la concepción de personajes, en el elaborado diseño artístico y en la creación de peligros (desde una momia que emerge de una película a una madre paranoica que conserva a sus hijos en eterna juventud, pasando por una oculista que crea gafas para convertir a los niños en unos superdotados aburridos o un hombre de negocios, parodia de Donald Trump, que vuelve "zombies" consumistas a los habitantes del pueblo) se respira ese aire mojigato, inocente, tan propio de las series y el cine a los cuales se hace tributo. Aunque Dante sólo realizara unos cinco episodios, esa esencia estaba en todos...
O al menos en casi todos, ya que al tratarse de relatos autoconclusivos que podían verse en el orden que uno quisiera existe cierta irregularidad en el transcurso, ya que otros directores y guionistas aportaron su propia visión en momentos puntuales; esto se nota sobre todo cuando estuvo tras la cámara Tim Hunter (que también participó en "Twin Peaks") o cuando Rivera dejó volar su pasión de dramaturgo (no podía ser sino de su cosecha el capítulo más sombrío y triste, donde Marshall se enamoraba de esa chica que necesitaba un transplante de corazón, la entonces pequeña Danielle Harris, e incluso un compañero de clase fallecía...).

Pero era el humor negro y la persistencia en el delirio lo distintivo de "Eerie", que parece más bien, en lugar de la "Twin Peaks" de Lynch, una extensión de la calle de "The 'Burbs", donde Dante ya presentaba la acomodada existencia del ciudadano norteamericano medio siendo trastocada por la intromisión de la fantasía terrorífica. En cualquier caso uno no puede evitar dejarse llevar a los mundos subterráneos, viajes temporales y otras locuras junto al a veces irritantemente elocuente Katz y Justin Shenkarow, siendo la cúspide de la genialidad el que estaba pensado para ser episodio final de la serie, pues la decisión ejecutiva de moverla a la tarde del domingo sólo anunciaba problemas para Rivera y Schäfer.
Así que, en una disparatada vuelta de tuerca, Marshall despierta una mañana siendo el protagonista de un show de televisión, el suyo, con todo el reparto autoparodiándose, y el mismísimo Dante en pantalla. Brillante, la mejor sátira metanarrativa sobre las hipocresías y paranoias del negocio televisivo que jamás se haya visto, irónicamente, desde la pequeña pantalla. La cancelación por baja audiencia tampoco afectó a muchos, ya que la serie nunca pareció encontrar su sitio; fue toda una obra incomprendida, concebida para el culto puro y duro, aunque más tarde repuesta en horario matinal y ganando algo de popularidad...

Queda el agrio regusto de que algo más se podría haber hecho a nivel emocional y psicológico con estos personajes tan carismáticos (en especial el padre, Francis Guinan), pero como simple pasatiempo de aventuras y fantasía en el que sumergirse desconectando de la realidad, "Eerie" es una invitación perfecta.
Chris Carter era un fanático de ella, fácil de apreciar en su propia creación posterior, "Expediente "X" ".
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow