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España España · Santander
Voto de Jonesy :
9
Terror Cansado de constantes humillaciones en su trabajo durante años, un marginado social libera un ejército de ratas, a las que domina a su voluntad, sobre los compañeros de trabajo que tanto le han hecho sufrir. Remake de "La revolución de las ratas" ("Willard", 1971). (FILMAFFINITY)
4 de junio de 2007
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue una sorpresa para mí enterarme que esta atrayente película era un remake de un film de los 70. No puedo establecer ninguna comparación con aquel porque no lo he visto, pero desde luego “Willard” me ha dejado una agradable sensación por todos puntos que figuradamente toca. Willard Stiles es la metáfora social de los abusos laborales que sufren muchas personas en sus trabajos, una persona desprotegida que lejos de ser apoyado por su viuda madre ésta contribuye a que la humillación continúe en su propio hogar. Sabemos por un cuadro que representa a su padre (y que curiosamente es el actor que encarnó al Willard original) que era la única figura que le apoyó. En el trabajo su jefe le humilla diariamente y está ansioso por echarle del trabajo, el único impedimento es una cláusula que se lo impide por haber sido socio de su padre. Sólo una compañera tendrá conciencia suficiente para apoyarle amistosa y desinteresadamente.
Willard encuentra en un ratón a su mejor amigo, éste como si tuviera conciencia propia es una especie enlace con el resto de roedores que andan por los alrededores y su amistad con él le servirá para formar un ejercito dispuesto a dar rienda suelta a las frustraciones y venganzas del desdichado protagonista. “Willard” es un film peculiar, diferente en el que las ratas serían el equivalente a las armas empleadas por las personas que víctimas del estrés cubren su desdicha vengándose de las personas que les atormentan de la manera más drástica. Mención especial para la interpretación de Crispin Glover, que está de oscar, junto a R. Lee Ermey que vuelve a engordar su galería de personajes desagradables con un jefe del que todos daríamos buena cuenta. Un film imprescindible, genial, con una banda sonora modélica de Shirley Walker que resalta estupendamente los matices de los personajes con un toque de humor negro que me recuerda mucho a ilustre Danny Elfman. Desconozco la calidad de su homólogo original pero desde luego esta es una película realmente sugestiva.
Jonesy
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