Una película muy bien hecha, con una fotografía excelente, e interpretaciones aceptables que nos enseña a través de su entretenido argumento que una cosa tan sencilla y tan solidaria como es el amor hacia los animales puede cambiar para siempre nuestras vidas (a mejor, por supuesto), y producirnos una sensación llena de paz espiritual que nos muestra que para ser feliz no hace falta ni ser millonario, ni tener mansiones, ni conducir un coche de última moda. Simplemente que hay cosas en este mundo, que las tenemos a nuestra vera, y no las sabemos apreciar (como salvar un nido de huevos de ganso y criarlos luego) y que sin embargo puede mejorar nuestro espíritu de personas, y aprender cosas nuevas y muy interesantes que puede hacernos olvidar (o por lo menos asumirlas mejor) las tristezas rutinarias de esta vida cruel e injusta. Conclusión, una película muy bonita, que nos enseña que la "esperanza" es lo último que se pierde.