Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Intriga. Thriller. Comedia El profesor Alex Bomasch, un experto en blindaje que interesa tanto a los alemanes como a los ingleses, consigue escapar de los nazis cuando estos se disponen a invadir a Checoslovaquia, pero, con el fin de llegar hasta él, su hija Anna (Margaret Lockwood) es recluida en un campo de concentración de donde conseguirá escapar en compañía de Karl Marsen (Paul Henreid), en lo que será una fuga organizada con un objetivo muy bien calculado. ... [+]
8 de febrero de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando Anna, la adorable hija del profesor checo Axel Bomasch -con quien no pudo irse cuando se anunció la invasión de los nazis a Praga-, consigue escapar del campo de concentración en donde fue recluida y se encuentra con Gus Bennet, éste está cantando una canción cuyo título es una sentencia determinante: “Sólo el amor puede mostrarte el camino” y, aunque en principio, este sólo va orientado de hija a padre y simulado entre Gus y Anna, será esa conexión íntima que va brotando a lo largo del proceso, la que va dando el aliento, la voluntad y la resistencia, para salvar sus vidas en una operación del más alto riesgo.

En este sentido, “TREN NOCTURNO A MÜNICH”, es todo un canto a los poderes del amor y también, ¡claro!, contará aquí, en mucho, el amor por la patria, pues, estando en el fragor de la Segunda Guerra Mundial, con el fascismo abriendo las fauces para tragarse a toda Europa, ese amor por la libertad que no se pierde sino con la muerte (¿o será cuando por fin florece?), despierta una voluntad infinita aún entre los más débiles… y si no, pregúntenle a los estupendos Charters y Caldicott -personajes heredados de “The Lady vanishes” (1938), ejemplo del mejor carácter inglés- quienes harán lo que nunca imaginaron hacer.

Carol Reed, director que ya había alcanzado un merecido renombre con “Bank Holiday” y sobre todo con “The stars look down”, tiene aquí otra realización muy afortunada, con la que aporta su cuota de cine nacionalista en un período que reclamaba compromiso, positivismo y entereza de todos los ciudadanos opuestos a la guerra, a la invasión de Europa y al nazi-fascismo.

El filme contiene altas dosis de suspenso; su cuota de humor está muy bien ejecutada; y sus elementos románticos… los aportaremos, sobre todo nosotros, al contemplar ese rostro perfecto de Margaret Lockwood del que resulta muy, pero muy fácil, enamorarse. La chica, además, tiene carácter y exalta a la mujer comprometida y dispuesta a asumir riesgos cuando se trata de defender lo que la alienta en la vida.

También los diálogos, aún hoy, resultan bastante frescos (“Si alguna vez una mujer le amara como se ama a sí mismo, va a ser un romance de los que hacen historia”) y Reed también hace eco de su amor el cine, con algunos guiños y una excelente metáfora “premonitoria”, en el plano donde vemos el libro de Hitler “Mein Kampf” (Mi lucha) al lado de “Gone with the wind” (Lo que el viento se llevó).

Rex Harrison (Dicky Randall, alias Gus Bennet, alias Cap. Ulrich Hertzag), luce encantador cambiando de personalidades cuando el proceso lo requiere, y su personaje es ejemplo de ecuanimidad y delicadeza, muy al estilo de los mejores ingleses (¡que tampoco han sido muchos!). Y Paul Henreid, es el hombre que dará la sorpresa, mostrando que, como Randall, también él puede ser un camaleón bastante eficiente.

Siendo un poco tolerantes con la escena climática que resulta bastante debilucha, “TREN NOCTURNO A MÜNICH”, asegura un rato sumamente divertido, y Carol Reed entra en la lista de los directores ingleses que han dejado una honda huella.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow