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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama El comerciante Yquem le compra a su esposa, con dinero sucio, una preciosa joya en un local donde los delincuentes trafican con joyas falsificadas. Precisamente en ese lugar, Yquem encuentra casualmente a un hombre con el que su esposa había tenido un romance; al reconocerlo, lo sigue hasta un hotel y le envía una carta, imitando la letra de su mujer, para proponerle una cita. (FILMAFFINITY)
18 de noviembre de 2011
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por más que pueda pesarnos el hecho de que, la novelista, guionista y actriz, Thea von Harbou, haya terminado su vida matriculada en el nazismo, es imprescindible reconocer el fundamental papel que cumplió en la obra cinematográfica alemana del director Fritz Lang, de quien no sólo fue su colaboradora sino también su esposa, hasta que éste se enamoró de la joven actriz Gerda Maurus con quien trabajó en “Los espías” y en “La mujer en la luna”.

Casada con Lang, entre 1922 y 1933, la colaboración de la señora Harbou se inició, en 1919, con la película “La imagen errante” y terminó con “El testamento del Dr. Mabuse” en 1933. El suyo fue un lazo íntimo, compenetrado y poderosamente fructífero, pues en lo esencial, fue de su puño y letra que salieron las historias de “Dr. Mabuse el jugador”, “Los Nibelungos”, “Metrópolis”, “Los espías”, “M” y otras tantas. Es decir, todos los filmes de gran valía que hizo Fritz Lang en Alemania, tienen la impronta de la talentosa Thea von Harbou.

Le debemos a ella personajes oscuros e impactantes, historias sociales cargadas de drama y de tragedia, caracteres profundos y leales a sus principios, y especialmente, un puñado de retratos femeninos dignos de admiración y del mayor aprecio.

¿Por qué se unió a los nazis la señora Harbou? Creo, que por algunas de las razones por la que, tanta gente buena, apoya en todo el mundo a los políticos corruptos: Por respetar la tradición política de la familia, por creer en las promesas demagógicas planteadas con eficacia, o por sentir que, otra ideología, podría desfavorecer su posición social actual. Pero, fuese lo que fuese, mi venia a Thea von Harbou por su gran aporte al arte cinematográfico.

“CUATRO EN TORNO A LA MUJER”, fue el segundo guión en el que trabajaron juntos Lang y Harbou. La última escala hacia el éxito, pues enseguida vendría “Las tres luces” y el resto de sus filmes perdurables. Esta, es otra modesta historia sobre una mujer leal y enamorada, cuyo marido no vive en paz hasta no obtener claridad sobre algo que ocurrió el día de su boda. Celos, especulaciones, afanes chantajistas, joyas robadas y otras falsificadas, un rubí extraído de la colección de un duque… y un retrato con dedicatoria, encontrado en poder de la acosada Florence Yquem (Carola Toelle), harán de éste un drama social que no consigue levantar suficiente vuelo, pues se enreda en situaciones un tanto confusas y en personajes que no toman forma.

Estamos ante un filme de bajo presupuesto, cuyo mayor encanto es esa mujer bella y ejemplar, dispuesta a la necesaria dignidad para preservar su matrimonio.
Luis Guillermo Cardona
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