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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Bélico. Romance A punto de terminar la Segunda Guerra Mundial, una atractiva joven alemana llamada Erika Angermann (Dana Wynter) comenzará a sentir que su vida ha entrado en un sendero oscuro en el que se avecinan una serie de desventuras. Entre tanto, sigue guardando la esperanza de que aparezca su antiguo prometido, un militar del ejército alemán, pero será cuando se reencuentre con el Mayor americano Foster McLain, que abrirá para ella un nuevo camino. (FILMAFFINITY) [+]
13 de abril de 2012
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la capitulación de Alemania, el 8 de mayo de 1945, lo que quedó fue un país desolado y en ruinas. Con el repliegue del ejército fascista, llegó para la población civil el más terrible acoso por los incesantes bombardeos que destruyeron viviendas, comercio e industrias, y acabaron con la vida de miles de personas dando la impresión de que Alemania iba a ser borrada del mapa. Y entonces, los sobrevivientes, muchos de ellos completamente ajenos a los intereses imperialistas e infames de su gobierno, padecieron el hambre y la pobreza, la orfandad y la soledad, la tristeza y el abandono… y nadie se acordaba de ellos porque, Alemania, parecía ser una sola, y el odio ciego y el desprecio desmedido, se cernían sobre todo aquel que junto a su nombre llevara el Herr o el Fräulein. Esto incrementó entonces la delincuencia, el juego, la bebida y la prostitución, pues de alguna manera había que sobrellevar la terrible crisis.

Erika Angermann también sufrió en carne propia las consecuencias de la guerra. Su padre, un hospitalario y antifascista profesor de lenguas, y luego su solidario tío Karl, sufrirán las consecuencias del conflicto y ella se verá abocada a ir de un lado a otro en busca de la sobrevivencia.

Con notable equilibrio narrativo, una eficasísima puesta en escena, mostrando el lado afable e improcedente de las partes, y con un gran respeto por el pueblo alemán, el director Henry Koster -afincado en Hollywood huyendo precisamente del auge fascista-, consigue un especial filme que el público americano poco aplaudió, precisamente porque nos devuelve el punto medio en la visión de las cosas y porque se ocupó más de la guerra interior que de las balas y los cañones. Y claro, sólo un americano muy sensible o especialmente un austríaco, podía tener la sensiblidad para ver más allá de los rótulos, de las apariencias, y de la ignorante tendencia a verlo todo de un solo color.

Dana Wynter, nos estremece muy dentro con ese dulcísimo rostro y con esa férrea dignidad que, con tanta frecuencia, se ve tentada por los afanes incontenibles de los hombres. Demuestra ella que es en la crisis donde se prueba la dignidad sin medias tintas y que, para quien sabe conservarse enhiesto, indefectiblemente se abrirá algún día, un sendero de luz y de esperanza.

A su lado, Mel Ferrer, Dolores Michaels, Ivan Triesault, y el memorable protagonista afroamericano de “Clamor humano”, James Edwards –fiel émulo de Sidney Poitier-, crean un sólido bloque de humanidad que hace que “LA MUCHACHA DE BERLÍN” sea digna de un buen aplauso.

Título para Latinoamérica: “FRÄULEIN”
Luis Guillermo Cardona
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