Thriller que con el argumento requerido y la excusa pretendida, reúne a un elenco de actores (desde Ben Gazzara a Andrew McCarthy y los menos populares Kevin Dillon y Mario Van Peebles) en una reunión de amigos propiciada como despedida de soltero de uno de ellos (John Stockwell). La fiesta empieza con un poco de alcohol, drogas y una sesión de strippers que acaba accidentalmente con una muerte. Y a la espera de recapacitar bien lo sucedido, los nervios empiezan a aflorar entre tan distinguidos y reputados hombres de negocios (algún que otro traficante e indeseable pulula entre los invitados), creando en el colectivo una espiral de violencia dentro de las cuatro paredes de la lujosa casa donde han organizado la fiesta.

Película rodada para la televisión y que evidentemente no tuvo la repercusión necesaria a pesar de algunas notables actuaciones (especialmente los de los más experimentados McCarthy y Gazzara), empeñados en seguir adelante con la clásica trama policíaca de eliminar huellas criminales, entre gritos, histeria y con exceso de testosterona.