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Voto de Melli:
10
7,8
74.408
2 de abril de 2007
131 de 158 usuarios han encontrado esta crítica útil
La gran película argentina de principios de siglo.
Partiendo desde un guión sencillamente exquisito y unas interpretaciones magníficas, Fabián Bielinsky logró hacer de su ópera prima una verdadera obra maestra. Claro que nada hubiera sido lo mismo sin el maravilloso final que tiene, ese giro repentino que da una vuelta de tuerca total a cada uno de los personajes y a la historia en general, y que te produce esa sensación de querer volverla a ver en ese mismo momento.
La película podía haber terminado tranquilamente cuando Juan y Marcos se despiden para siempre bajando la vista y sin poderse mirarse a los ojos y decirse una sóla palabra, o bien en la escena en el subte, pero estaríamos hablando de una gran película y no de una obra maestra.
Volviendo al tema del guión, no puede ser mejor. Otro aspecto insuperable. Frases geniales y adecuadas en un contexto magnífico. El texto es excelente, pero hay que saber trasladarlo a la pantalla, y Bielinsky lo logra de manera perfecta. Y la música de fondo, como ya adelantaré en el spoiler, también nos juega un papel clave, al igual que algunas escenas mentirosas.
Ni hablar de las actuaciones, un Ricardo Darín haciendo de su papel uno de los mejores que recuerdo, y tmabién muy correctos los otros, partiendo desde Pauls por el hecho de acaparar más la cámara.
La historia es sencilla, dos estafadores desconocidos entre sí se encuentra casi por casualidad y acuerdan trabajar juntos ese día. Marcos (Ricardo Darín) tiene bastante más experiencia que Juan (Gaston Pauls), quien necesita un dinero por un problema que viene acarreando y apenas conoce unos trucos en ese submundo de la estafa. Pero podrían ser una buena combinación. Y cuando Marcos recibe una propuesta caída del cielo que podría hacerlo ganar cientos de miles en apenas unas horas de trabajo, deseará no haberse encontrado con Juan. Pero Juan no puede dejar escapar ésta oportunidad para aunque sea conseguir un par de miles de pesos. Por cierto, Marcos descubre que Juan puede servirle. Trabajar juntos puede no ser tan mala idea, a ver que pasa.
Partiendo desde un guión sencillamente exquisito y unas interpretaciones magníficas, Fabián Bielinsky logró hacer de su ópera prima una verdadera obra maestra. Claro que nada hubiera sido lo mismo sin el maravilloso final que tiene, ese giro repentino que da una vuelta de tuerca total a cada uno de los personajes y a la historia en general, y que te produce esa sensación de querer volverla a ver en ese mismo momento.
La película podía haber terminado tranquilamente cuando Juan y Marcos se despiden para siempre bajando la vista y sin poderse mirarse a los ojos y decirse una sóla palabra, o bien en la escena en el subte, pero estaríamos hablando de una gran película y no de una obra maestra.
Volviendo al tema del guión, no puede ser mejor. Otro aspecto insuperable. Frases geniales y adecuadas en un contexto magnífico. El texto es excelente, pero hay que saber trasladarlo a la pantalla, y Bielinsky lo logra de manera perfecta. Y la música de fondo, como ya adelantaré en el spoiler, también nos juega un papel clave, al igual que algunas escenas mentirosas.
Ni hablar de las actuaciones, un Ricardo Darín haciendo de su papel uno de los mejores que recuerdo, y tmabién muy correctos los otros, partiendo desde Pauls por el hecho de acaparar más la cámara.
La historia es sencilla, dos estafadores desconocidos entre sí se encuentra casi por casualidad y acuerdan trabajar juntos ese día. Marcos (Ricardo Darín) tiene bastante más experiencia que Juan (Gaston Pauls), quien necesita un dinero por un problema que viene acarreando y apenas conoce unos trucos en ese submundo de la estafa. Pero podrían ser una buena combinación. Y cuando Marcos recibe una propuesta caída del cielo que podría hacerlo ganar cientos de miles en apenas unas horas de trabajo, deseará no haberse encontrado con Juan. Pero Juan no puede dejar escapar ésta oportunidad para aunque sea conseguir un par de miles de pesos. Por cierto, Marcos descubre que Juan puede servirle. Trabajar juntos puede no ser tan mala idea, a ver que pasa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Hay una escena que quiza haya pasado desapercibida, pero que es sin duda una de las más logradas. Vamos a ubicarnos: después de haber perdidos la plancha de sellos falsificada, no hay más opción que comprar la original. Ahí es cuando Marcos le recuerda a Juan que éste le había comentado sobre una plata que tenía guardada, y que sumada al dinero de los abuelos que él se había apropiado, podrían comprar las estampillas. Acto seguido, Juan reacciona y le grita: "¡hasta que lo dijiste! ¡Sos un hijo de puta!", creyendo que todo el plan era en sí una gran mentira de Marcos para poder quedarse con su plata, y luego se lo ve sólo, caminando sin rumbo por las calles de Buenos Aires, desconsolado, tomándose la cabeza. Sin diálogos, sólo con la música de fondo. Pero en realidad, el plan está saliendo perfecto para Juan, se trata de una notable mentira del director. El único motivo de esa escena es engañar al espectador. Y vaya uno a saber si lo logra.