Deliciosa película, injustamente olvidada. Comedia romántica un poco ingenua con varios números musicales a cargo de la estrella: Ginger Rogers. No es una obra maestra evidentemente, pero alegra una tarde.
El ingenuo enredo gira en torno a una actriz acosada por los fans, que tiene agorafobia y la trata un psiquiatra que le recomienda que se disfrace. Aunque el doblaje habla de agorafobia parece más bien una fobia al acoso de los fans.
Sólo por ver a Ginger Rogers con dentadura falsa, gafas y peluca morena merece la pena.