Mucho ha llovido desde que se estrenara la primera película de Ghost in the Shell, y mas aún desde que el manga original fuera publicado. Desde entonces hemos sido testigos de como esta gran obra ha ido expandiéndose, pero, ¿a mejor?

Si bien la historia mantiene la complejidad original, que nos obliga a estar pendientes en todo momento atendiendo a todos y cada unos de los detalles, el apartado artístico es pésimo si os gusta el dibujo de los 90. En un fallido intento por imitar el estilo de dibujo de la película original, se olvidan de tener en cuenta los detalles que si que se cuidaban en la primogénita, tales como los brillos, las sombras y los diseños nada lineales y simplificados en los personajes. Dando como resultado un dibujo plano (a falta de otra palabra que describa mejor la bidimensionalidad), para todos aquellos personajes que no sean Motoko, la cual, siendo sincero, esta muy trabajada. Nada malo se puede decir en cambio sobre las animaciones, las cuales son muy fluidas y sin ir a saltos como si ocurría en la serie, probablemente por la falta de presupuesto de la que en su momento se quejo su director, Kenji Kamiyama.

Otro "pero" que podríamos hacer notar, es la lentitud con la que se puede llegar a desarrollar la historia en algunos puntos, rompiendo la continuidad de la historia. Algo inexplicable pues para contar todo lo que cuentan en una hora escasa debería de haber sido algo mas frenética. Lo cual me produce un mal sabor de boca, pues quizás hayan recortado explicaciones que sino necesarias, hubieran sido agradecidas.

A pesar de todo, la película, o mejor dicho la OVA (dado que si fuera una película estas carencias no se hubieran dado), está a la altura de lo que cabe esperar para cualquier amante del anime, del cyberpunk y de esta saga.