Luego de finalizada Sunny uno puede comprender el por qué del éxito de taquilla en Corea.
Es que si bien Sunny puede tener elementos anticomerciales, estos son los menos.
Sunny fue concebida desde su origen como un éxito de taquilla, escrita como un éxito de taquilla, estructurada como un éxito de taquilla, y lo mínimo que podía obtener era éxito de taquilla.

Ojo, este epíteto, a veces utilizado para menospreciar películas, es en este caso una extraña virtud.
Está claro que recurre a lugares comunes, que a veces apela al golpe bajo y que utiliza fórmulas ya homologadas. La gran virtud de este director es intercalar las mismas con otras formas no tan preconcebidas.

No voy a spoilear, pero quiero destacar una escena de lucha entre la fuerza armada y la revolución, realizada de una manera tan poética y estéticamente lograda que merece un aplauso cerrado.

Sunny es la historia de un grupo de amigas de la secundaria que muchos años después deciden reunirse por una desgracia. Sunny es hermosas actuaciones, es lágrimas y risas, es realismo y bizarreada.

Sunny es un film ya visto y recontra repetido, pero está mejor que la mayoría de los productos similares.
Sin ser la gloria, a veces pifiando fiero, e imitando ciertos clichés, Sunny es también lo que quiere ser, orgullosa de saber hacia donde va, entreteniendo como principal virtud, y queriendo ser Sunny.
Esto, que a veces parece tan poco, en este caso, alcanza y sobra.