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Voto de TOM REGAN:
6
8,1
79.000
Thriller. Drama
Las Vegas, 1973. Sam "Ace" Rothstein, un profesional de las apuestas, es el eficaz director de un importante casino que pertenece a un grupo de mafiosos. Su misión es controlar el funcionamiento del negocio y garantizar que la corriente de dinero que va a parar a manos de sus jefes siga fluyendo. Las Vegas es un lugar ideal para millonarios y políticos, pero es también lugar de paso de tahúres, prestamistas, traficantes de drogas y ... [+]
7 de junio de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
84/14(22/05/19) Fallido intento por parte de Martin Scorsese de rememorar el éxito de “Uno de los nuestros”, y no es que sea malo, es que resulta muy irregular, con varios altibajos, con una historia que no termina de enganchar, y con unos personajes estereotipados carentes de la fuerza tsunámica de “Goodfellas”. Y es que Marti no puede quitarse el olor a que quiere repetir estructura, pues repite él guionizando con Nicholas Pileggi (autor del libro en que se basa “Casino: Love and Honor in Las Vegas”, que cuenta como la mafia controlaba los casinos de Las Vegas), repite con la pareja protagonista Robert De Niro y Joe Pesci, cambiando el tercer vértice de Lyotta a Sharon Stone, se suma una estructura narrativa similar, con voz en off (en este caso hay hasta tres distintas) que narra la historia con nervio y mucha energía, desglosando los tejemanejes de la mafia en mundo de violencia latente, abordando temas similares como la avaricia, la amistad, la familia, el hedonismo, o el vivir al margen de la ley, añádase una galería de temas de la jukebox particular de Marti que adorna de modo ecléctico la historia, en una clásica historia (como “Goodfellas”) de auge y caída, en otra vuelta de tuerca al Sueño Americano. Hay electricidad en el ritmo, como mucha mordacidad, con un derroche estético formidable, con movimientos de cámara vibrantes, con humor y brotes de violencia salvaje, pero tras esto debería haber una historia troncal que nos entrelazara a al núcleo, pero esta se siente artificiosa, vemos por un lado un tipo enamorado de una femme fatale, y por otro a un brutal mafiosillo, pero esto se siente mal cosido a la trama principal, no se siente orgánica, son como pelis paralelas, y ninguna sin la sustancia suficiente para atraparte, y terminaba por su metraje de casi tres horas hacerse largo, donde nada se siente original en su mirada a la mafia, donde todo se siente lineal, hacia adelante y sin giros dramáticos que te remuevan, no sientes empatía alguna por estos personajes, termina por darte igual lo que les pase. Fue la octava colaboración entre el director Scorsese y De Niro. Cuando se presentó por primera vez a la MPAA, la película recibió una calificación NC-17 debido a sus representaciones de violencia. Se hicieron varias ediciones para reducir la calificación a R.
Hay tres figuras centrales: Sam "Ace" Rothstein (Robert De Niro), uno de los mejores apostadores instalado por la mafia de Kansas City para llevar su casino; Nicky Santoro (Joe Pesci), el mejor amigo de Ace desde hace mucho tiempo y el propulsor violento de manera impulsiva que introduce la calle en la escena de Las Vegas, y Ginger McKenna (Sharon Stone), una vividora que se casa con Ace por su dinero.
Tiene un sugestivo arranque con Sam "Ace" Rothstein (Robert De Niro), sentándose en su auto, gira la llave y el coche saltando por los aires por una bomba, y mientras vemos al protagonista flotar por los aires en medio del fuego Avernal parecen los créditos iniciales al son de La pasión de San Mateo de Bach, y a continuación oímos que quien nos cuenta la historia es él, cual homenaje al Joe Gillis muerto de la wilderiana “Sunset Boulevard” (1950), que nos cuenta su relato desde el mundo de los muertos.
Martin imprime un ritmo trepidante al film, con recursos visuales vibrantes, adornando todo con música de la época, sumergiéndonos en este microuniverso, epítome del Capitalismo, reflejo del Sueño Americano, exhibición de una ciudad prostituta, donde todo está dispuesto para ganar dinero, es la ciudad del pecado, dispuesto a desplumar a cuanto incauto caiga en sus garras, urbe en medio de la nada del desierto donde buitres de toda índole la surcan para ordeñar a la vaca que da leche en oro. Esto se nos expone con un sentido didáctico tremendo, explicándonos el funcionamiento de esta industria, las jerarquías como funcionaban, como llegaba el dinero a los sótanos, y como unos y otros por el camino iban esquilmando lo que podían en una cadena avarienta hasta que las maletas llegaban a la mafia, todos tenían su pellizquito, los crupieres, los aparca-coches, las busconas, etc. Todo en una narración prodigiosa de síntesis, en especie de docudrama sobre la trastienda de cómo controlaban las mafias los casinos de Las Vegas en los 70. De cómo la codicia fue carcomiendo a este Imperio.
La presentación de protagonistas también resulta muy ágil, con ingeniosos toques irónicos, con cinismo galopante, donde cada personaje da su punto de vista voz en off de lo que le sucede, creando un choque de filtros sugerente, componiendo personajes interesantes, con dosis incisivas de humor negro. Pero (está el pero) a medida avanza el metraje el andamiaje dramático se va diluyendo en reiteraciones y redundancias, asistes a un melodrama triangular-romántico escaso de conexión emocional y que no notas tenga que ver más que como alegoría con el auge y caída de este mencionado Imperio. Martin intenta que estos protagonistas mezquinos nos importen y naufraga cual Titanic. Ace es carente de personalidad sugestiva, especie de mero burócrata que no parece tener más sentimiento que el dinero, y encima resulta incoherente que nos lo pinten de muy sagaz y va y deja su “salvoconducto” en manos de una buscona (¿?) De Niro hace lo que puede con un rol sin alma, más tieso que un mástil; Nicky es un sociópata carente de sentimientos, repitiendo Joe Pesci el rol de “Goodfellas”, pero anulando el encanto badass de la original; Ginger es una clásica mujer fatal, presentada de modo fascinante al ritmo del “Heart of Stone” de los Rolling Stones, es el mejor personaje de los tres, el más complejo, tanto que terminan por no entenderse sus vaivenes cual tiovivo. Sharon Stone triunfó con el papel que más prestigio le ha dado hasta la fecha, demostrando que es una gran actriz, un derroche de energía,… (sigo en spoiler)
Hay tres figuras centrales: Sam "Ace" Rothstein (Robert De Niro), uno de los mejores apostadores instalado por la mafia de Kansas City para llevar su casino; Nicky Santoro (Joe Pesci), el mejor amigo de Ace desde hace mucho tiempo y el propulsor violento de manera impulsiva que introduce la calle en la escena de Las Vegas, y Ginger McKenna (Sharon Stone), una vividora que se casa con Ace por su dinero.
Tiene un sugestivo arranque con Sam "Ace" Rothstein (Robert De Niro), sentándose en su auto, gira la llave y el coche saltando por los aires por una bomba, y mientras vemos al protagonista flotar por los aires en medio del fuego Avernal parecen los créditos iniciales al son de La pasión de San Mateo de Bach, y a continuación oímos que quien nos cuenta la historia es él, cual homenaje al Joe Gillis muerto de la wilderiana “Sunset Boulevard” (1950), que nos cuenta su relato desde el mundo de los muertos.
Martin imprime un ritmo trepidante al film, con recursos visuales vibrantes, adornando todo con música de la época, sumergiéndonos en este microuniverso, epítome del Capitalismo, reflejo del Sueño Americano, exhibición de una ciudad prostituta, donde todo está dispuesto para ganar dinero, es la ciudad del pecado, dispuesto a desplumar a cuanto incauto caiga en sus garras, urbe en medio de la nada del desierto donde buitres de toda índole la surcan para ordeñar a la vaca que da leche en oro. Esto se nos expone con un sentido didáctico tremendo, explicándonos el funcionamiento de esta industria, las jerarquías como funcionaban, como llegaba el dinero a los sótanos, y como unos y otros por el camino iban esquilmando lo que podían en una cadena avarienta hasta que las maletas llegaban a la mafia, todos tenían su pellizquito, los crupieres, los aparca-coches, las busconas, etc. Todo en una narración prodigiosa de síntesis, en especie de docudrama sobre la trastienda de cómo controlaban las mafias los casinos de Las Vegas en los 70. De cómo la codicia fue carcomiendo a este Imperio.
La presentación de protagonistas también resulta muy ágil, con ingeniosos toques irónicos, con cinismo galopante, donde cada personaje da su punto de vista voz en off de lo que le sucede, creando un choque de filtros sugerente, componiendo personajes interesantes, con dosis incisivas de humor negro. Pero (está el pero) a medida avanza el metraje el andamiaje dramático se va diluyendo en reiteraciones y redundancias, asistes a un melodrama triangular-romántico escaso de conexión emocional y que no notas tenga que ver más que como alegoría con el auge y caída de este mencionado Imperio. Martin intenta que estos protagonistas mezquinos nos importen y naufraga cual Titanic. Ace es carente de personalidad sugestiva, especie de mero burócrata que no parece tener más sentimiento que el dinero, y encima resulta incoherente que nos lo pinten de muy sagaz y va y deja su “salvoconducto” en manos de una buscona (¿?) De Niro hace lo que puede con un rol sin alma, más tieso que un mástil; Nicky es un sociópata carente de sentimientos, repitiendo Joe Pesci el rol de “Goodfellas”, pero anulando el encanto badass de la original; Ginger es una clásica mujer fatal, presentada de modo fascinante al ritmo del “Heart of Stone” de los Rolling Stones, es el mejor personaje de los tres, el más complejo, tanto que terminan por no entenderse sus vaivenes cual tiovivo. Sharon Stone triunfó con el papel que más prestigio le ha dado hasta la fecha, demostrando que es una gran actriz, un derroche de energía,… (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... desempeño de le valió Premio Globo de Oro a Mejor Actriz en una Película de Drama y nominación al Oscar (perdió ante Susan Sarandon por “Pena de muerte”); Aparte de estos tres el resto de secundarios tienen poco peso, solo sobresaqle un gran james Woods en el rol de un macarra caricaturesco.
Es una cinta a la que han extirpado la pasión, anoréxica en estimulaciones sentimentales, sintiéndose algunos momentos de violencia atávica explícita meros recursos cuasi-pornográficos (la tortura del que aplastan el cráneo con los ojos saliéndose de las cuencas, o los disparos en la cabeza) impropios de Martin Scorsese, recursos efectistas, todo sondeado por diálogos sin potencia dramática, que recurren a la zafiedad de “tacos” constantes para intentar tener gracia, pero esto solo rebela su falta de hondura. Tambie´n llama la atención que en el retrato de este falso Paraíso que es Las Vegas no se retrate mínimamente el otro lado de la mesa del crupier, los jugadores, no hay rastro de ludópatas o profesionales (excepto un capítulo aislado con unos tramposos), es como intentar hacer un retrato del mundo de las drogas y no mostrar a los drogadictos.
La puesta en escena resulta impresionante, en esto Martin si se asemeja a “Goodfellas”, con un majestuoso diseño de producción radiante de Dante Ferretti (“Sweeney Todd”), filmación tuvo lugar por la noche en el casino Riviera en Las Vegas, con el desaparecido Landmark Hotel cercano como la entrada, para reproducir el ficticio de Tánger, según la productora Barbara De Fina, no tenía sentido construir un set si el costo era el mismo que usar uno de la vida real. Se suma a esta inmersión en este tiempo y lugar el excelente vestuario creado por John Dunn (“Boardwalk Empire”), y Rita Ryack (“Hairspray”), brillando el atuendo de la hermosa Sharon Stone; Todo esto realzado por la fenomenal cinematografía de Robert Richardson (“Kill Bill”), jugando con las profundidades de campo, con los contrapicados, con los zooms, con los travellings, con los barridos cenitales, con iluminación hiperrealista, con las luces de neón, encuadres singulares, planos holandeses, con tomas generales fastuosas, dando pompa a este mundo fariseo; esto atomizado por la sensacional edición de Thelma Schoonmaker (la de toda la filmografía), imprimiendo un ritmo feroz a la narración saltando de escenario y de personajes de modo eléctrico; Y como en mucha de su filmografía Scorsese pone a funcionar su particular Jukebox con temas musicales de la época, con una selección pop y de clásica gloriosa, escuchándose en su banda sonora a Dinah Washington, Louis Prima, Dean Martin, los Rolling Stones, Otis Redding, Little Richard, The Moody Blues, Ray Charles, Sammy Davis Jr., Harry Nilsson (sugestivo su “Whithout you” acompañando en una ocasión a Ginger), Fleetwood Mac, B.B. King, Tony Bennett, o música clásica de Richard Strauss, Nikolai Rimsky-Korsakov, o el tema Theme de Camille de Georges Delerue de la película de Godard "Desprecio"; Pero todo esto no bueno no puede levantar el desequilibrio de la cinta.
Sam "Ace" Rothstein, judío estadounidense de apuestas llamado por el Equipo de Chicago para supervisar operaciones diarias en el Casino Tangiers en Las Vegas, personaje basado en Frank Rosenthal, dirigió los casinos Stardust, Fremont y Hacienda en Las Vegas para el Chicago Outfit desde años 70 hasta principios de los 80; Nicholas "Nicky" Santoro, basado en Anthony Spilotro, ejecutor de la mafia de la vida real. Nicky se envía a Las Vegas para asegurarse el dinero de Tangiers se desliza fuera de la parte superior y los mafiosos de Las Vegas se mantienen en línea; Ginger McKenna, maquinación de Ace, absorbe auto Esposa, basada en Geri McGee.
En conjunto me queda una irregular película, que apunta mucho más alto de lo que consigue. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/06/casino.html
Es una cinta a la que han extirpado la pasión, anoréxica en estimulaciones sentimentales, sintiéndose algunos momentos de violencia atávica explícita meros recursos cuasi-pornográficos (la tortura del que aplastan el cráneo con los ojos saliéndose de las cuencas, o los disparos en la cabeza) impropios de Martin Scorsese, recursos efectistas, todo sondeado por diálogos sin potencia dramática, que recurren a la zafiedad de “tacos” constantes para intentar tener gracia, pero esto solo rebela su falta de hondura. Tambie´n llama la atención que en el retrato de este falso Paraíso que es Las Vegas no se retrate mínimamente el otro lado de la mesa del crupier, los jugadores, no hay rastro de ludópatas o profesionales (excepto un capítulo aislado con unos tramposos), es como intentar hacer un retrato del mundo de las drogas y no mostrar a los drogadictos.
La puesta en escena resulta impresionante, en esto Martin si se asemeja a “Goodfellas”, con un majestuoso diseño de producción radiante de Dante Ferretti (“Sweeney Todd”), filmación tuvo lugar por la noche en el casino Riviera en Las Vegas, con el desaparecido Landmark Hotel cercano como la entrada, para reproducir el ficticio de Tánger, según la productora Barbara De Fina, no tenía sentido construir un set si el costo era el mismo que usar uno de la vida real. Se suma a esta inmersión en este tiempo y lugar el excelente vestuario creado por John Dunn (“Boardwalk Empire”), y Rita Ryack (“Hairspray”), brillando el atuendo de la hermosa Sharon Stone; Todo esto realzado por la fenomenal cinematografía de Robert Richardson (“Kill Bill”), jugando con las profundidades de campo, con los contrapicados, con los zooms, con los travellings, con los barridos cenitales, con iluminación hiperrealista, con las luces de neón, encuadres singulares, planos holandeses, con tomas generales fastuosas, dando pompa a este mundo fariseo; esto atomizado por la sensacional edición de Thelma Schoonmaker (la de toda la filmografía), imprimiendo un ritmo feroz a la narración saltando de escenario y de personajes de modo eléctrico; Y como en mucha de su filmografía Scorsese pone a funcionar su particular Jukebox con temas musicales de la época, con una selección pop y de clásica gloriosa, escuchándose en su banda sonora a Dinah Washington, Louis Prima, Dean Martin, los Rolling Stones, Otis Redding, Little Richard, The Moody Blues, Ray Charles, Sammy Davis Jr., Harry Nilsson (sugestivo su “Whithout you” acompañando en una ocasión a Ginger), Fleetwood Mac, B.B. King, Tony Bennett, o música clásica de Richard Strauss, Nikolai Rimsky-Korsakov, o el tema Theme de Camille de Georges Delerue de la película de Godard "Desprecio"; Pero todo esto no bueno no puede levantar el desequilibrio de la cinta.
Sam "Ace" Rothstein, judío estadounidense de apuestas llamado por el Equipo de Chicago para supervisar operaciones diarias en el Casino Tangiers en Las Vegas, personaje basado en Frank Rosenthal, dirigió los casinos Stardust, Fremont y Hacienda en Las Vegas para el Chicago Outfit desde años 70 hasta principios de los 80; Nicholas "Nicky" Santoro, basado en Anthony Spilotro, ejecutor de la mafia de la vida real. Nicky se envía a Las Vegas para asegurarse el dinero de Tangiers se desliza fuera de la parte superior y los mafiosos de Las Vegas se mantienen en línea; Ginger McKenna, maquinación de Ace, absorbe auto Esposa, basada en Geri McGee.
En conjunto me queda una irregular película, que apunta mucho más alto de lo que consigue. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/06/casino.html