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Voto de TOM REGAN:
6
6,0
92
Fantástico. Bélico. Intriga
Durante la Segunda Guerra Mundial, un batallón del ejército estadounidense destinado en Filipinas mantiene sitiado a unos soldados japoneses escondidos en una cueva sin apenas víveres ni munición. Los soldados estadounidenses quieren evitar un ataque, ya que un sentimiento de piedad hacia el maltrecho enemigo se ha arraigado en ellos. Pero un joven y pretencioso teniente recién llegado, planea lanzar un ataque contra la posición japonesa. (FILMAFFINITY) [+]
5 de noviembre de 2022
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359/03(03/11/22) Interesante capítulo de la popular serie antológica creada por Rod Serling para la CBS. Episodio 15 de la tercera temporada (N.º 80 desde que se inició), que he visto con motivo de que vi hace poco “The Twilight Zone: The Movie”(1983), donde uno de sus segmentos estaba inspirado en este, el dirigido por John Landis, que se hizo infame por un accidente de helicóptero durante la filmación que provocó la muerte del actor Vic Morrow y dos niños vietnamitas. Este que me ocupa lo dirige Buzz Kulik (dirigió nueve episodios para la serie), con guion de Rod Serling, sobre una idea de Sam Rolfe (“Colorado Jim”), para una fábula moral simplista sobre la intolerancia, los prejuicios, la xenofobia, el racismo, sobre como la guerra nos deshumaniza, y Serling nos viene a decir que todo esto se ‘curaría’ si nos pusiéramos en la piel del otro. Todo ello muy cogido por los pelos, simplemente sucede lo paranormal, de modo arbitrario, aunque resulta efectivo para aceptar el cambio de posición del protagonista. Puede que un ejercicio de puntos de vista contrapuestos que influyera en Clint Eastwood para su díptico de 2006 de la Batalla de Iwo Jima (“Banderas de nuestros padres” y “Cartas desde Iwo Jima”). Siendo un estimable canto humanista al entendimiento del diferente nosotros. Ello desarrollado de modo trepidante, demasiado para hacérnoslo gradual, una sensación de contrarreloj atropellada.
Título tomado de un discurso notable en “The Merchant of Venice” de William Shakespeare, citado por Serling en la narración final del episodio.
Narración de apertura: Es agosto de 1945, las últimas páginas mugrientas de un libro de guerra sucio y desgarrado. El lugar es las Islas Filipinas. Los hombres son lo que queda de un pelotón de infantería estadounidense, cuyos ojos apagados y cansados hundidos en rostros apagados y cansados ahora pueden mirar hacia un milagro, ese momento en que la pesadilla parece estar llegando a su fin. Pero tienen una batalla más que pelear, y en un momento observaremos esa batalla. Agosto de 1945, Islas Filipinas. Pero en realidad, es mediodía en Twilight Zone.
El 6 de agosto de 1945, el segundo teniente Katell (Dean Stockwell) acaba de llegar al escenario de la Segunda Guerra Mundial en el Océano Pacífico y ordena a sus soldados cansados de la guerra que ataquen desesperadamente a un grupo de soldados japoneses enfermos y heridos escondidos en una cueva. El experimentado sargento Causarano (Albert Salmi) intenta disuadirlo porque sabe que los hombres ya han tenido suficiente guerra y que "el ataque no logrará más que muertes sin sentido en ambos lados". Katell se niega a escuchar y se mantiene firme en sus órdenes, con la intención de probarse a sí mismo y ganar su rango. Reprende al pelotón, exigiendo que se pongan en forma.
Serling marca la fecha del 6 de agosto de 1945, día del bombardeo de Hiroshima, creando en el espectador un halo cuasi místico en los acontecimientos, quizás el momento catárquico en que los prismáticos caen es cuando cae la Bomba sobre Japón, hubiera estado bien encadenar acontecimientos, pero no es así.
Tenemos al protagonista al principio como un militarista pendenciero deseoso de provocar una matanza con tal de conseguir una medalla o ascenso, méritos a base de sangre ajena, la del monstruo del enemigo. Pelea con su inferior para demostrar sus ansias de victoria (pero no hay gloria en esta posible batalla a ganar). Dean Stockwell lo encarna de forma estereotipada, sin matices, es un sanguinario sin arista alguna.
Título tomado de un discurso notable en “The Merchant of Venice” de William Shakespeare, citado por Serling en la narración final del episodio.
Narración de apertura: Es agosto de 1945, las últimas páginas mugrientas de un libro de guerra sucio y desgarrado. El lugar es las Islas Filipinas. Los hombres son lo que queda de un pelotón de infantería estadounidense, cuyos ojos apagados y cansados hundidos en rostros apagados y cansados ahora pueden mirar hacia un milagro, ese momento en que la pesadilla parece estar llegando a su fin. Pero tienen una batalla más que pelear, y en un momento observaremos esa batalla. Agosto de 1945, Islas Filipinas. Pero en realidad, es mediodía en Twilight Zone.
El 6 de agosto de 1945, el segundo teniente Katell (Dean Stockwell) acaba de llegar al escenario de la Segunda Guerra Mundial en el Océano Pacífico y ordena a sus soldados cansados de la guerra que ataquen desesperadamente a un grupo de soldados japoneses enfermos y heridos escondidos en una cueva. El experimentado sargento Causarano (Albert Salmi) intenta disuadirlo porque sabe que los hombres ya han tenido suficiente guerra y que "el ataque no logrará más que muertes sin sentido en ambos lados". Katell se niega a escuchar y se mantiene firme en sus órdenes, con la intención de probarse a sí mismo y ganar su rango. Reprende al pelotón, exigiendo que se pongan en forma.
Serling marca la fecha del 6 de agosto de 1945, día del bombardeo de Hiroshima, creando en el espectador un halo cuasi místico en los acontecimientos, quizás el momento catárquico en que los prismáticos caen es cuando cae la Bomba sobre Japón, hubiera estado bien encadenar acontecimientos, pero no es así.
Tenemos al protagonista al principio como un militarista pendenciero deseoso de provocar una matanza con tal de conseguir una medalla o ascenso, méritos a base de sangre ajena, la del monstruo del enemigo. Pelea con su inferior para demostrar sus ansias de victoria (pero no hay gloria en esta posible batalla a ganar). Dean Stockwell lo encarna de forma estereotipada, sin matices, es un sanguinario sin arista alguna.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tte. Katell: "Son japoneses".
Sgto. Causarano: "Son hombres!... Cuántos hombres tienen que morir antes de que estés satisfecho?"
Tte. Katell: "Todos ellos!"
Katell luego accidentalmente deja caer sus binoculares. Cuando va a recuperarlos, se encuentra en Corregidor luchando en el Ejército Imperial Japonés como un japonés llamado teniente Yamuri; Ahora es el año 1942 y se le ordena atacar a un grupo de soldados estadounidenses enfermos y heridos que están escondidos en una cueva. Habiendo encontrado una nueva perspectiva, intenta en vano disuadir al capitán del ataque, argumentando que los estadounidenses dentro de la cueva no representan una amenaza y pueden ser pasados por alto. El capitán japonés se niega rotundamente a escuchar, sospechando que el joven está enfermo de fiebre de la jungla o ha perdido el valor para luchar. Le dice que se enderece o se quede con los heridos, pero Yamuri no retrocede. Luego, el capitán lo releva del mando y mueve a la compañía hacia adelante para comenzar el ataque de todos modos. Katell salta de regreso a 1945 como soldado estadounidense. Sus hombres le dicen que acaban de recibir la noticia de que se ha lanzado la bomba atómica. Se les ha ordenado que no ataquen la cueva, sino que retrocedan y esperen a ver cómo responde Japón. Causarano le asegura sarcásticamente: "No me preocuparía. Estoy seguro de que habrá otras guerras, otros países, otros seres humanos a los que puedes liquidar". Cuando el pelotón se retira, Katell se dice a sí mismo: "Espero que no. Dios nos ayude, espero que no".
Narración final: 'La cualidad de la misericordia no está forzada, cae como la suave lluvia del cielo sobre el lugar de abajo. Bendice al que da y al que toma.' Shakespeare, El mercader de Venecia, pero aplicable a cualquier momento en el tiempo, a cualquier grupo de soldados, a cualquier nación sobre la faz de la Tierra o, como en este caso, a la dimensión desconocida.
Episodio filmado en un escenario de sonido en Hal Roach Studios, en lugar de las instalaciones habituales de MGM.
El escritor del episodio el creador de la serie Rod Serling, que sirvió como paracaidista en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial; Entre los secundarios aparece Leonard Nimoy (ele terno Dr. Spock de “Star Trek”) como el soldado estadounidense Hansen.
Me queda un capítulo directo y sin sutilezas, pero diáfano en su moralismo aleccionador que debería ser loado en su mensaje pacifista y tolerante. Gloria Ucrania!!!
Sgto. Causarano: "Son hombres!... Cuántos hombres tienen que morir antes de que estés satisfecho?"
Tte. Katell: "Todos ellos!"
Katell luego accidentalmente deja caer sus binoculares. Cuando va a recuperarlos, se encuentra en Corregidor luchando en el Ejército Imperial Japonés como un japonés llamado teniente Yamuri; Ahora es el año 1942 y se le ordena atacar a un grupo de soldados estadounidenses enfermos y heridos que están escondidos en una cueva. Habiendo encontrado una nueva perspectiva, intenta en vano disuadir al capitán del ataque, argumentando que los estadounidenses dentro de la cueva no representan una amenaza y pueden ser pasados por alto. El capitán japonés se niega rotundamente a escuchar, sospechando que el joven está enfermo de fiebre de la jungla o ha perdido el valor para luchar. Le dice que se enderece o se quede con los heridos, pero Yamuri no retrocede. Luego, el capitán lo releva del mando y mueve a la compañía hacia adelante para comenzar el ataque de todos modos. Katell salta de regreso a 1945 como soldado estadounidense. Sus hombres le dicen que acaban de recibir la noticia de que se ha lanzado la bomba atómica. Se les ha ordenado que no ataquen la cueva, sino que retrocedan y esperen a ver cómo responde Japón. Causarano le asegura sarcásticamente: "No me preocuparía. Estoy seguro de que habrá otras guerras, otros países, otros seres humanos a los que puedes liquidar". Cuando el pelotón se retira, Katell se dice a sí mismo: "Espero que no. Dios nos ayude, espero que no".
Narración final: 'La cualidad de la misericordia no está forzada, cae como la suave lluvia del cielo sobre el lugar de abajo. Bendice al que da y al que toma.' Shakespeare, El mercader de Venecia, pero aplicable a cualquier momento en el tiempo, a cualquier grupo de soldados, a cualquier nación sobre la faz de la Tierra o, como en este caso, a la dimensión desconocida.
Episodio filmado en un escenario de sonido en Hal Roach Studios, en lugar de las instalaciones habituales de MGM.
El escritor del episodio el creador de la serie Rod Serling, que sirvió como paracaidista en Filipinas durante la Segunda Guerra Mundial; Entre los secundarios aparece Leonard Nimoy (ele terno Dr. Spock de “Star Trek”) como el soldado estadounidense Hansen.
Me queda un capítulo directo y sin sutilezas, pero diáfano en su moralismo aleccionador que debería ser loado en su mensaje pacifista y tolerante. Gloria Ucrania!!!