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Voto de TOM REGAN:
7
7,1
84
Intriga
Un día Ronald Grimes recibe una carta de alguien que asegura que puede predecir el futuro. En un primer momento achaca a la casualidad que se cumpla la predicción sobre quién ganará las elecciones, pero las cartas siguen llegando con nuevas predicciones, que se cumplen, y al señor Grimes le surge la duda. (FILMAFFINITY)
4 de septiembre de 2022
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289/02(02/09/22) Buen episodio de la popular serie antológica creada por Alfred Hitchcock para Hitchcock para la CBS y NBC, el segundo capítulo de la tercera temporada en 1957, que dirige James Neilson (lo hizo en doce episodios de 'Alfred Hitchcock Presents'), para un ameno desarrollo que tiran de la idea del contraste entre la fe y la razón, sobre los deseos vs pragmatismo. Para ello lo mejor es el duelo entre los dos protagonistas E. G. Marshall y Jack Klugman (Dos años más tarde, ambos trabajarían en la gran "Ten Angry Men" de Sidney Lumet, sentando precisamente juntos en la mesa del jurado), dos colegas en un trabajo anodino donde el primero (sin saberse porque) comienza a recibir cartas sobre ‘profecías’ que se van cumpliendo, entonces el segundo le dice que hay gato encerrado, pero el primero comienza a tener fe en lo sobrenatural, pareciendo en este sentido un capítulo de la otra serie coetánea tan famosa como esta, “The Twilight Zone”. Una evolución atractiva en sus diferentes etapas, en como va goteando los misterios e intriga, hasta desembocar con agilidad narrativa en un absorbente rush final donde sabes habrá un giro, pero no sabes por dónde van los tiros. Una historia de Antony Ferry que guioniza Robert C. Dennis (lo hizo en 30 ocasiones para esta serie), goteando con inteligencia las diferentes conversaciones entre los amigos, sabiendo imprimir tensión en los minutos finales, donde todo se destapa, aunque la explicación no se sostiene, resultando con una moraleja contradictoria, en realidad, como es la vida misma.
No podía faltar la divertida presentación del orondo director de “Psycho”, en este caso desde un despacho supuestamente en las alturas y frente a una ventana abierta: ‘Hola, compañeros especuladores, acabo de matar a alguien en la bolsa de valores. Nada que hacer. Le dije a mi socio que estábamos arruinados. Es un chico muy impresionable. Naturalmente, era una broma, no estamos arruinados. De hecho, tenemos beneficios. Ojalá no lo hubiera hecho. El chico del ascensor es muy sensible. No le gusta subir a la gente que luego no vuelve a bajar. Le perturba. En cuanto a nuestra historia se titula "Profeta por correo" que se sitúa sobre fondo de títulos y valores.’
Grimes (Marshall) es un tipo con esperanzas, ilusiones, un soñador que quiere creer. Y frente a él Benedict (Klugman), un desconfiado, suspicaz, escéptico, y entre ambos se dan debates sin un claro signo hacia un lado u otro. En esto consiste gran parte del metraje, en como las cartas van llegando y cómo van provocando discusiones, sobre si es bueno hacer apuestas con estas predicciones o es todo un claro engaño. Ello con mucha química entre los dos en sus réplicas y contrarréplicas, demostrando el binomio gran elocuencia y expresividad, lo que hace sean magnéticos los ententes. Todo hasta llegar al clímax cuando Grimes decide jugarse más de lo que puede en la sexta adivinación. Esto lleva al límite al apostador, generando una intensidad enorme cuando lo vemos con pastillas en los servicios (claro señal de que si falla quiere suicidarse), mientras su compañero lo vive con mucha pasión. Y todo explota en su zenit. Tras ello llegamos a un epílogo donde se desmadejan las incógnitas, ello con una resolución muy ingeniosa y retorcida, y que le da al capítulo un cariz importante, aunque con una *laguna importante.
El nombre del que envía las cartas es claramente una alegoría de un ente superior, tan como para emparentarse claramente con Dios, se llama J. Christiani, claramente reminiscencia de Jesucristo.
No podía faltar la divertida presentación del orondo director de “Psycho”, en este caso desde un despacho supuestamente en las alturas y frente a una ventana abierta: ‘Hola, compañeros especuladores, acabo de matar a alguien en la bolsa de valores. Nada que hacer. Le dije a mi socio que estábamos arruinados. Es un chico muy impresionable. Naturalmente, era una broma, no estamos arruinados. De hecho, tenemos beneficios. Ojalá no lo hubiera hecho. El chico del ascensor es muy sensible. No le gusta subir a la gente que luego no vuelve a bajar. Le perturba. En cuanto a nuestra historia se titula "Profeta por correo" que se sitúa sobre fondo de títulos y valores.’
Grimes (Marshall) es un tipo con esperanzas, ilusiones, un soñador que quiere creer. Y frente a él Benedict (Klugman), un desconfiado, suspicaz, escéptico, y entre ambos se dan debates sin un claro signo hacia un lado u otro. En esto consiste gran parte del metraje, en como las cartas van llegando y cómo van provocando discusiones, sobre si es bueno hacer apuestas con estas predicciones o es todo un claro engaño. Ello con mucha química entre los dos en sus réplicas y contrarréplicas, demostrando el binomio gran elocuencia y expresividad, lo que hace sean magnéticos los ententes. Todo hasta llegar al clímax cuando Grimes decide jugarse más de lo que puede en la sexta adivinación. Esto lleva al límite al apostador, generando una intensidad enorme cuando lo vemos con pastillas en los servicios (claro señal de que si falla quiere suicidarse), mientras su compañero lo vive con mucha pasión. Y todo explota en su zenit. Tras ello llegamos a un epílogo donde se desmadejan las incógnitas, ello con una resolución muy ingeniosa y retorcida, y que le da al capítulo un cariz importante, aunque con una *laguna importante.
El nombre del que envía las cartas es claramente una alegoría de un ente superior, tan como para emparentarse claramente con Dios, se llama J. Christiani, claramente reminiscencia de Jesucristo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Benedict, tras ganar (descontados los 15,000 desfalcados a la empresa donde trabaja) 125,000 $ Grimes y desaparecer, investiga quien es Christiani, y se entera de que es un conocido estafador que está en prisión. La mecánica operativa de esta estafa, empieza enviando cartas confidenciales a, digamos, 4.000 destinatarios. A la mitad de ellos les predice un lado de un resultado futuro de dos lados, y a la otra mitad el otro lado. Tras el evento, envía cartas a los 2000 ganadores: a 1000 de ellos prediciendo que ganará un lado de otro próximo concurso binario y a los otros 1000 prediciendo el resultado opuesto. Después de dos rondas, tiene 1000 personas que lo han visto hacer dos predicciones correctas. Continuando de esta manera, después de cinco de esas rondas, todavía habría una garantía de 125 personas que habrían recibido todas las predicciones correctas y creerían que Christiani es una vidente. Grimes estaba en este grupo privilegiado; Y tras esto lo vemos a Grimes tumbado en una hamaca en un barco de recreo; Y entonces, cual es la moraleja? Creer está bien o mal? La vida nunca es clara, siempre vivimos en la ambigüedad.
*La laguna que menciono, es que lo que hace Klugman de investigar quien era Christiani, y que parece no tarda mucho en averiguarlo, debería haberlo hecho Grimes, que era el primer interesado. No me es creíble que se hubiera jugado tanta plata sin saber quien era su ‘consejero’.
En realidad, tal y como lo cuentan aquí, la estafa no está clara, pues J. Christiani no pide dinero, solo la voluntad, da unas predicciones, pero no obliga a tener que apostar. Por lo que acusarlo de timador resulta complicado.
Episodio muy estimulante. Gloria Ucrania!!!
*La laguna que menciono, es que lo que hace Klugman de investigar quien era Christiani, y que parece no tarda mucho en averiguarlo, debería haberlo hecho Grimes, que era el primer interesado. No me es creíble que se hubiera jugado tanta plata sin saber quien era su ‘consejero’.
En realidad, tal y como lo cuentan aquí, la estafa no está clara, pues J. Christiani no pide dinero, solo la voluntad, da unas predicciones, pero no obliga a tener que apostar. Por lo que acusarlo de timador resulta complicado.
Episodio muy estimulante. Gloria Ucrania!!!