Si bien la cinta recuerda en algo los pasos que el magnate Shindler hizo para salvar a miles de judíos la historia de esta película se desvía hacia la mitad queriendo mostrar otra historia muy bien contada con el genocidio de Nankin de telón de fondo.

Los nazis cambian de rasgos y se convierten en japoneses del todo sangrientos y despiadados. Y los pobres chinos de judíos maltrechos.

En cuanto al trabajo de los actores he de decir que están en su justa medida. Daniel Brühl como siempre está fantástico en todo lo que interpreta dando un giro de 180 grados desde el último papel en Krabat ( el cual fue muy intenso y muy bien interpretado ).

Un últimos apunte, diré que los efectos especiales aquí en el metraje si han sido especiales como la escena del buque bombardeado. Realmente son muy buenos ya que se adaptan al guión y no al revés.

En resumen muy recomendable incluso con final feliz.