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Tajikistan Tajikistan · Demonlandia
Voto de Neathara:
7
Animación. Comedia. Musical. Infantil En los años 20, la joven Tiana vive en el barrio francés de Nueva Orleáns durante la revolución del Jazz. Este film supone el regreso de Disney a la animación tradicional con un nuevo clásico oficial (tras 'Zafarrancho en el rancho'). (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2010
102 de 115 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de la despedida de Disney de la animación tradicional en dos dimensiones y de todo lo que ha llovido desde la época dorada de "La sirenita", "La Bella la Bestia" y "El rey león", no esperaba gran cosa de "Tiana y el sapo". Además que van pasando los años y una ya no es una cría. Los mecanismos del deslumbramiento se han oxidado: ya no me hacen gracia muchas cosas y otras tantas no me emocionan demasiado. Lo que ocurre es que "Tiana y el sapo" me ha pillado por el engranaje débil y la vieja maquinaria ha empezado a girar.

De pronto me encuentro riéndome del tipo de gags con los que no me reía desde hace milenios, lo cual ya dispara la alarma del pudor cinéfilo. No importa, nunca le hago mucho caso. Me seduce el cuento, los puntos autoparódicos, los secundarios animales que cantan, la improbable historia de amor y sobre todo la ambientación de esa Nueva Orléans mágica que parece celebrar un Mardi Gras eterno, quizás el último antes del sueño de los huracanes. Es con estas imágenes, reales o no, con las que pienso que ya si sólo fuera por haber preservado íntegras una Troya o una Pompeya, se habría justificado todo el invento del cine.

Todo en realidad ya me suena: el malo, descendiente directo del Jafar de "Aladdin"; el cocodrilo trompetista que mucho tiene que agradecer al oso bailarín de "El libro de la selva" o los constantes homenajes visuales a "La sirenita", incluidos los cortejos en el pantano. Quizás sorprende un poco más la banda sonora de estilo entre jazzístico y zydeco, con alguna canción que habría podido firmar el mismísimo Wayne Toups, sin embargo no cuenta con un solo tema para el recuerdo.

Pero la antigua fórmula sigue funcionando, o por lo menos conmigo. He empezado a verla a desgana y poco a poco me ha ido ganando por la vía traicionera de la nostalgia. Todavía recuerdo cuando un estreno de dibujos de Disney, en glorioso 2-D, era un acontecimiento. No me pareció que llegaría nunca el momento en que definiría esta película como la voy a definir: una hermosa chuchería retro.
Neathara
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