Película que alterna terror con ciencia ficción, que está dirigida por el responsable de la destacable Howl (Aullido) (2015), y protagonizada de forma casi exclusiva por Hannah Arterton (The Convent, 2018).

Bobbi Johnson es una joven sensación de la literatura que atraviesa algunas dificultades para escribir su segunda novela. Perseguida por un acosador y lastrada por un exnovio adicto a la droga, su editor la convence de utilizar un nuevo software de edición para ayudarla en su proceso creativo. Sin embargo, la inteligencia artificial comienza a manipular su trabajo para obtener sus propios beneficios, por lo que la joven descubre que está siendo controlada con fines más siniestros de los que pensaba en un primer momento. Puede que, de hecho, sea una marioneta en un experimento para controlar la mente colectiva de la sociedad. Para poder solucionar su difícil situación, Bobbi deberá terminar de escribir la novela, controlando sus propias adicciones y alucinaciones sin perder su alma en el proceso.

Aunque la reflexión que deja el mensaje que contiene el film es muy contundente, una narrativa espesa y confusa provocada por un guión que es de lejos lo peor de la película, provoca la indiferencia en la mayoría de los espectadores, llegando a aburrir en ciertos momentos por un ritmo con una gran cantidad de altibajos. El gran pilar de la película, Hannah Arterton, realiza una labor excelente, transmitiendo toda la confusión y trastornos de una protagonista con un papel de múltiples registros, aunque esto también  provoca que ciertos personajes que deberían haber sido mucho más inquietantes, queden en un plano muy secundario.

Peripheral es una película con una reflexión más que interesante, aunque su ritmo irregular y su narrativa confusa consiguen que el film aburra al espectador más de una ocasión y pierda su interés durante su transcurso.

Nota personal 5/10