Tronchante corto de Pixar, especialmente gracias al simpático conejito que le hace las mil perrerías al mago que lo necesita para sus trucos, el cual olvida que su ayudante tiene que comer. Me pareció aparte de entretenido y divertido, que poseía un fuerte mensaje crítico sobre los que utilizan a los animales sólo para su provecho e ignoran que son seres vivos. Porque anda que el pobrecico no le señala veces la zanahoria... Pero, claro, como el otro ya está en pleno espectáculo, no está dispuesto a arruinar una brillante actuación parando un momento. Sin embargo, la adrenalina le aumentará por otros motivos que no revelaré y que son la esencia de "Presto".
Lástima que el desarrollo sea tan frenético como la propia magia, porque si no lo consideraría entre las obras maestras de Pixar.
Aun así, le doy un 8,4 perfectamente.