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Voto de Angie Banshee:
4
4,8
3.490
Thriller
Julia (Ariadna Gil) y Samuel (Jordi Mollà) se mudan con los niños a una apartada urbanización en las afueras de la ciudad. Parece un lugar ideal, pero Julia pronto descubrirá que tan idílico paraje esconde algo extraño. En un momento dado, se da cuenta de que la urbanización está completamente desierta. Aterrorizada por la situación y desconcertada ante la indiferencia de Samuel y los niños, empieza a sospechar que es víctima de una ... [+]
15 de febrero de 2012
33 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de proceder a expresar mi opinión sobre la película que nos ocupa, y para evitar suspicacias, diré que lo que aquí se valora es una película en concreto, al margen de su nacionalidad, y no al cine español en su conjunto. Esta explicación previa debería ser innecesaria, pero lo cierto es que cada vez que leo críticas de películas españolas, veo que muchas de ellas tienden a englobar, ya sea para ensalzar o para todo lo contrario, al grueso de cine español. Por ello, diré que, en mi opinión, generalizar sobre si el cine español es bueno o malo, me parece una solemne tontería. Dentro del cine español de cualquier época, como también sucede con el estadounidense, canadiense, francés o coreano (por citar algunas nacionalidades) hay películas muy buenas, muy malas y mediocres. Por tanto, si juzgo una película española como excelente, no es porque sea benévola con el cine español, y si, por el contrario, opino que una película española es una mierda, tampoco es porque deteste el cine patrio.
Dicho todo lo anterior, considero que “Ausentes” parte de un guión fantástico que, por desgracia, ha sido desarrollado de forma muy deshonesta por parte de su director, porque una cosa es engañar al espectador, y otra muy distinta, hacer trampas. Engañar magistralmente al espectador es, por ejemplo, lo que hizo Shyamalan en “El Sexto Sentido”: giro final sorpresa que te obliga a revisar lo que ya has visto, y al hacerlo, resulta que todo cuadra. A mí, personalmente, me encanta que me engañen y me sorprendan, que sean, en definitiva, más listos que yo. Pero Calparsoro obra de forma bien distinta, y lo argumentaré en el spoiler para no destripar la película aquí.
Aparte de eso, la atmósfera inquietante está muy conseguida. El ritmo, en mi opinión, es bueno y, pese a discrepar de lo manifestado en otras críticas, a mí no me pareció que la película fuera soporífera ni aburrida. Las actuaciones, sin embargo, ya son harina de otro costal: sólo se salva del suspenso rotundo el trabajo de Ariadna Gil (y tampoco es para echar cohetes) y el del niño pequeño.
Y ahora, hablemos de las trampas de Calparsoro:
Dicho todo lo anterior, considero que “Ausentes” parte de un guión fantástico que, por desgracia, ha sido desarrollado de forma muy deshonesta por parte de su director, porque una cosa es engañar al espectador, y otra muy distinta, hacer trampas. Engañar magistralmente al espectador es, por ejemplo, lo que hizo Shyamalan en “El Sexto Sentido”: giro final sorpresa que te obliga a revisar lo que ya has visto, y al hacerlo, resulta que todo cuadra. A mí, personalmente, me encanta que me engañen y me sorprendan, que sean, en definitiva, más listos que yo. Pero Calparsoro obra de forma bien distinta, y lo argumentaré en el spoiler para no destripar la película aquí.
Aparte de eso, la atmósfera inquietante está muy conseguida. El ritmo, en mi opinión, es bueno y, pese a discrepar de lo manifestado en otras críticas, a mí no me pareció que la película fuera soporífera ni aburrida. Las actuaciones, sin embargo, ya son harina de otro costal: sólo se salva del suspenso rotundo el trabajo de Ariadna Gil (y tampoco es para echar cohetes) y el del niño pequeño.
Y ahora, hablemos de las trampas de Calparsoro:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
- Que sí, que queda claro que la chica está enferma, y nos han ido dando pistas de ello todo el tiempo, desde el mismísimo comienzo de la película. Pero, digo yo, ¿es normal que su marido afronte dicha situación crítica encerrándola e inflándola a inyecciones en lugar de buscar ayuda médica inmediata? Pues no, pero con ello se consigue que el espectador piense: “el marido es malo”. Eso es trampa.
- El delirio de ella consiste en que no ve a nadie, mientras que su marido y los niños, sí. Pero éstos, en ningún momento, hacen referencia a nadie concreto llamándolo por su nombre, que sería lo más normal al conocer a alguien nuevo. Sencillamente se dice “los de mantenimiento”, “los del supermercado”, “los vecinos”, “un nuevo amigo”… ¿Cuál es el objeto de esas vaguedades? Ayudar a la pobre mujer, no, desde luego. Pero no hay mejor manera de hacer que el espectador crea que pasa algo raro. Eso es trampa.
- ¿Por qué nunca van con ella a un lugar donde positivamente vaya a haber gente? Ah, sí, van a la piscina, y los niños le piden a Ariadna que les deje allí solos (no con “los demás”), por la mañanita que es y en pleno verano. Eso es trampa.
- ¿Por qué la única persona a la que ella logra ver viste siempre de negro y tiene rostro enfermizo y actitud fantasmal, como si no fuera de este mundo? Además, hay una escena en la que este personaje aparece en presencia de la familia (escena de la escalera), pero ellos actúan como si no hubiera nadie más allí. Eso es trampa.
Y como éstos, se me ocurren muchos más alegatos, pero digo yo que ya está bien para hacerse una idea.
Conclusión: este guión podía haber cristalizado en una magnífica película si acaso Calparsoro no nos hubiera tomado por tontos y si, de pasó, Jordi Mollà hubiese hecho algo por ganarse el sueldo.
- El delirio de ella consiste en que no ve a nadie, mientras que su marido y los niños, sí. Pero éstos, en ningún momento, hacen referencia a nadie concreto llamándolo por su nombre, que sería lo más normal al conocer a alguien nuevo. Sencillamente se dice “los de mantenimiento”, “los del supermercado”, “los vecinos”, “un nuevo amigo”… ¿Cuál es el objeto de esas vaguedades? Ayudar a la pobre mujer, no, desde luego. Pero no hay mejor manera de hacer que el espectador crea que pasa algo raro. Eso es trampa.
- ¿Por qué nunca van con ella a un lugar donde positivamente vaya a haber gente? Ah, sí, van a la piscina, y los niños le piden a Ariadna que les deje allí solos (no con “los demás”), por la mañanita que es y en pleno verano. Eso es trampa.
- ¿Por qué la única persona a la que ella logra ver viste siempre de negro y tiene rostro enfermizo y actitud fantasmal, como si no fuera de este mundo? Además, hay una escena en la que este personaje aparece en presencia de la familia (escena de la escalera), pero ellos actúan como si no hubiera nadie más allí. Eso es trampa.
Y como éstos, se me ocurren muchos más alegatos, pero digo yo que ya está bien para hacerse una idea.
Conclusión: este guión podía haber cristalizado en una magnífica película si acaso Calparsoro no nos hubiera tomado por tontos y si, de pasó, Jordi Mollà hubiese hecho algo por ganarse el sueldo.