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España España · Bilbao
Voto de HHH:
5
Comedia Brad, Zeke y Jonathan son tres amigos inseparables, que se reúnen cada domingo para contarse las aventuras sexuales del fin de semana. Pero todo cambia cuando se enamoran de una mujer... concretamente de la misma mujer. Cuando lo descubren, ninguno acepta renunciar a ella. Así que la chica decide salir con los tres. Eso sí, siguiendo unos turnos estrictos para que todos puedan disfrutar de ella. Poco a poco, la relación entre los amigos ... [+]
6 de noviembre de 2007
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llamará la atención del espectador atento que esta película de execrable título venga escrita, producida y dirigida por la misma persona. No es algo habitual en comedietas norteamericanas para adolescentes en estado de celo, porque esos subproductos son urdidos por auténticos sanedrines de especialistas en marketing, chistes chuscos y monótonos canales monográficos de televisión que, más tarde, se reparten cargos secundarios como "director", "guionista" o "productor". Frente a esto, Peter M. Cohen se esfuerza en recoger todos y cada uno de los abundantes tópicos de los subproductos arriba mencionados para, al final, tratar de desbaratarlos. Su grado de éxito se me escapa, porque no conozco sus intenciones. En cualquier caso, siempre habla bien de él el hecho de dejar al espectador la libertad para que decida si lo que ha presenciado es el último exponente en comedia burda o una inteligente vuelta de tuerca al manoseado género al estilo de Neil LaBute.

La película arranca, y continúa en esa línea hasta bien avanzada, con la presentación de unos personajes que basculan entre lo premeditadamente vomitivo y lo cínicamente tópico. Ni los cuatro maromos ni la chica perfecta con que se topan los tres solteros de este particular clan de trogloditas suburbanos tienen mayor interés. Las situaciones que descritas desperezan el aburrimiento del espectador cuando no el arrepentimiento por el pago del precio de la entrada. Y entre bostezos, náuseas y oraciones llega, a los tres cuartos de metraje, un giro muy inesperado. Se pasa de la insustancial, esclerotizada situación de tres hombres que comparten el "amor" de una mujer (una perversión de "Jules y Jim" ampliado) a la visión de esa misma situación de poliandria por parte de la mujer.

La propuesta deja al descubierto que, por una parte, se daba por sentado que la visión aburrida, deslavazada y pueril que se estaba ofreciendo era la de un pestilente machismo que resulta gracioso para cierta parte de un público que llega a las salas de cine (puerilmente) atraído por títulos tan repelentes como "En tu cama o en la nuestra". Por otro lado se ofrece la descorazonadora sensación de que, igual que algunos nos resistimos a creer que personajes tan penosos como los hombres de la película existan en la realidad, no nos queremos creer que las mujeres representadas son ni como las muestran películas como "American Pie" ni como queda finalmente descrita la Mia (Amanda Peet), que manipula a tres hombres simultáneamente.

Además, si bien se agradece enseñar con esa mirada "inversa" las miserias de la clase acomodada yanqui que impone una subcultura que se ha aupado hasta alcanzar niveles de dominación inmisericorde, al espectador le queda la duda de si, simplemente cambiando el sexo del manipulador, se llega mucho más lejos en lo que a los resultados de esa crítica se trata; si, al final, para este viaje no hacían falta alforjas.
HHH
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