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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Drama. Cine negro Una noche de borrachera, un hombre se ve mezclado en una reyerta, creyéndose al despertar que ha matado a un hombre. Desesperado por los sentimientos de culpa, el hombre sólo encontrará la felicidad al conocer a una joven a la que rescata del mar cuando intentaba suicidarse. (FILMAFFINITY)
7 de junio de 2009
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine negro de cuando el cine negro ni siquiera se había inventado, con Archie Mayo manejando la batuta y dirigiendo una orquesta dejada a su suerte por Fritz Lang. Músicos excelentes: Jean Gabin, Ida Lupino, Claude Rains y Thomas Mitchell (mi admiradísimo), abandonados por Lang debido a sus "disgustos" con el futuro Maigret a causa de una mujer. Claro que no se trataba de una mujer cualquiera la que se interponía entre dos europeos enfrentados no por la guerra sino por las faldas. Marlen Dietrich era un ángel exterminador, eso sí, azul.

La película tiene, sin necesidad de morbos añadidos, elementos más que suficientes para cautivar nuestro interés. Por un lado, la presencia de Gabin, en su primer papel en Estados Unidos y aportando elementos de seducción muy distintos a los de los galanes norteamericanos al uso. Por otro, una jovencísima Ida Lupino que borda un papel mezcla de debilidades y fortalezas, de desencantos y de ilusiones simbolizadas por las cortinas de una casa sobre las aguas del muelle. A Claude Rains no voy a descubrirlo. Espléndido en un papel donde, como suele ser habitual, parece estar un tanto de vuelta de todo, como habiendo vivido más que lo que indican los años del carnet. Y por último Thomas Mitchell quien rompe sus esquemas habituales de chico bueno pero que, incluso fuera de su habitat natural, borda un excelente trabajo.

Con una fotografía magistral por la que Charles Clarke fue nominado al Oscar y elementos surrealistas con diseño Dalí, la "sinfonía de relojes" en la borrachera del protagonista, la película cumple sobradamente con las expectativas previstas incluso con dosis interesantes de suspense. El regreso de Bobo (Jean Gabin) a su hogar donde le espera su recién estrenada mujer (Lupino) se nos hace eternamente largo. Esa tensión es de agradecer y da un punto diferencial positivo a un buen trabajo de Archie L. Mayo que seguro no desmerece de lo que hubiese podido hacer Lang de no haber mediado una tal Lilí.
FATHER CAPRIO
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