La música y el cine han ido siempre de la mano, y esta película es eso, MÚSICA. Banda sonora o como quieras llamarlo.

En mi niñez la vi 1001 veces, y ayer lo he vuelto a hacer y no, no me arrepiento en absoluto. Porque queridos amigos, dedicar 75 minutos a ver una película de dibujos NO es perder el tiempo (depende de qué dibujos claro está). Me refiero a que hay grandes desconocidas, como esta película, que son injustamente prejuzgadas por 3 cosas:

-Son viejas.
-Son de dibujos.
-No son de Disney, Dreamworks, Pixar....

No creo que nadie piense que estoy diciendo que El príncipe Cascanueces sea El padrino de los dibujos animados ni muchísimo menos, pero sí que es una buena película mucho, muchísmo mejor que otras con actores de carne y hueso.

Pese al cariño que le tengo intento ser lo más objetivo, dentro de la inevitable subjetividad de cada uno, y por eso digo que entiendo que la animación y los dibujos no gusten. La princesa es de todo menos guapa, el rey, la reina, los ratones y muchos de los personajes que salen en la película puede que no sean los dibujos perfectos a los que podamos estar acostumbrados. Pero y qué? Yo disfruto igual con la historia, que es maravillosa. Disfruto con el tio Drosselmeyer y su cuento, con Clara, con el viejo Pantalún o como se escriba, y por supuesto con el Príncipe Cascanueces.

No será la última vez que la vea, porque podrás ver buenas películas, salir del cine todo lo satisfecho que quieras, ver películas que te emocionen, con las que llegues a llorar, pero aquellas a las que tienes cariño, aquellas de tu niñez y de tu vida, esa nunca las olvidarás.

Va por ti Tchaikovsky.