Es una serie para echarse unas risas sin pretensiones. Creo que nadie comienza a verla pensando que se encontrará un episodio con el argumento de Lost o las interpretaciones de Breaking Bad. Es ligera, simple y nada más. Quien espere una interpretación de Oscar se equivoca de serie. Pero te ries y es fácil de ver. A mí me basta con la cantidad de poquerías que echan joy en dia. La hija de Danny DeVito puede tener un futuro bueno en comedias de situacion, aunque sea más fea que pegar a un padre con un calcetín sudado, o tan fotogénicamente irregular como un sudoku griego.